La señora Viviana Gómez Vázquez conmemoró su centenario de vida, acompañada de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, quienes le organizaron un emotivo festejo en su honor en San Francisco del Rincón.
La celebración se llevó a cabo en la comunidad La Estación, donde la centenaria estuvo rodeada del afecto de sus seres queridos y vecinos que se sumaron a este significativo acontecimiento, marcado por un ambiente de amor, alegría y unión familiar.
En entrevista con am, los familiares de Viviana recordaron que la noche previa a su cumpleaños, aún con 99 años, expresó una frase que resumía la emoción del momento: “Es como si fuera un sueño, como que todavía no me lo puedo creer.”
Viviana nació el 2 de diciembre de 1925 en la comunidad de El Barrial, pero esperó hasta el domingo pasado para celebrar junto a toda su familia, ya que algunos de sus miembros viajaron desde Estados Unidos para acompañarla en esta fecha tan especial.
De acuerdo con sus seres queridos, Viviana es la persona más longeva de La Estación. Para la misa en su honor, fue trasladada en silla de ruedas, ataviada con un vestido de lentejuelas doradas, un collar brillante en forma de “V” que combinaba con sus aretes largos.




Al llegar al templo, el sacerdote la recibió en la entrada y, antes de iniciar la ceremonia, le advirtió que “le echaría agua bendita y no se fuera a resfriar”. Con lucidez y buen humor, Viviana respondió: “No me resfrío, yo resisto todo“, provocando las carcajadas del padre y los invitados.
Al concluir la misa, la fiesta continuó en la calle cerrada frente a su casa, cuyo nombre es el apellido de su esposo, Domínguez, donde vivió rodeada de familiares y algunos de sus 47 nietos.
La festejada fue recibida con mariachis y los invitados disfrutaron de pozole, pambazos y enchiladas mineras. Tras la partida del pastel, Viviana recibió otra sorpresa: llegó “El Patrón” con flores, mientras los presentes aplaudían emocionados.
Ya Dios me dio la dicha de poder llegar a mi edad porque solo Él es quien lo ha permitido”, reflexionó junto a su hermana Rosario, de 96 años. Ambas recuerdan a su padre, quien vivió hasta los 106 años.
Con una vitalidad que sorprende, Viviana compartió: “A mí me preguntan si todavía puedo lavar los trastes y yo les digo que sí, porque no me duelen las manos ni los brazos…”
Familiares comentaron que, con su ímpetu y ganas de seguir adelante, Viviana se despidió de la fiesta a las 11 de la noche, después de que finalizó el baile.
Durante la entrevista, recordó con emoción una de las canciones favoritas de su madre, “Cuatro milpas”, que los músicos repitieron varias veces a petición de la centenaria. Recordó la letra y cantó.
Aquella casita tan blanca y bonita que estaba en el campo, también se acabó. Se acabó la cerca de alambre, se acabó el corral del ganado, se acabó todo…”, mencionó.
Y añadió, luego de que le preguntaran a quien le gustaba la canción, a lo que respondió:
A mi mamá le gustaba, a ella le gustaba mucho cantar y yo también le aprendí a cantar”, seguida de una gran carcajada.
Viviana ha vivido casi toda su vida en La Estación, una comunidad que surgió principalmente con la construcción del ferrocarril en 1882, sobre la línea de México a Paso del Norte.
Tuvo 9 hermanos (4 hombres y 5 mujeres), de los cuales viven 7 (falleció un hombre y una mujer).Tuvo 13 partos, le sobrevivieron 8. Su hijo mayor tiene 82 años y lamentablemente hace tres meses aproximadamente, uno de sus hijos falleció
Con cien años de vida, rodeada de risas, canciones y abrazos, la señora Viviana Gómez Vázquez nos recuerda que la verdadera eternidad se mide en recuerdos compartidos y en el amor que permanece entre generaciones. Su historia es un canto a la vida, a la familia y a la alegría de cada instante vivido.
LF