León, Guanajuato.- Con más de tres décadas de historia en el teatro mexicano, “La Dama de Negro” continúa siendo una experiencia única de terror escénico que mezcla misterio gótico, atmósfera sobrenatural y la participación activa de los espectadores.
En entrevista con AM, Benjamín Rivero, intérprete del personaje Arthur Kipps, platica que esta obra es mucho más que sustos: es un ritual donde la imaginación del público se convierte en parte del espectáculo.
Llevo 18 años en esta obra y cada función trato de que sea como si fuera la primera, con la misma frescura y diversión”, asegura Rivero, mientras se prepara para presentar “La Dama de Negro” en León este 1 de noviembre en el Teatro Manuel Doblado.
Un clásico que trasciende generaciones
Rivero destaca la importancia de formar parte de una obra que ha marcado a tantas generaciones.
“La obra lleva 31 años en cartelera. Cuando llegan a 100 representaciones ya es un logro… nosotros ya vamos por más de 8 mil 400 funciones aproximadamente. La estrella aquí es la obra, no el actor. Cada vez que subo al escenario, siento que la magia sigue intacta”, señaló.
El secreto, según él, está en la imaginación y la sugestión, que llevados al límite provocan gritos y espantos.
“Nos apoyamos con algunos elementos en el escenario, un audio maravilloso, y la gente crea en su mente la historia: la carreta, el pantano, la mansión. A diferencia de una película, aquí no todo te lo dan hecho. El público participa, se asusta, llora, ríe… y eso es lo que mantiene la obra viva”, subrayó.
Terror en vivo y experiencias paranormales
La naturaleza de la obra ha generado historias que parecen sobrenaturales. Rivero recuerda una experiencia que aún lo impacta.
“Estaba entre el público a punto de prender una lámpara de mano, en total oscuridad, y sentí una mano de mujer acariciarme la espalda, de manera casi maternal. No había nadie. Fue impresionante, me voy a morir sin saber qué pasó”, recordó.
El actor afirma que estas vivencias forman parte de la magia de “La Dama de Negro”.
“La obra genera una hipnosis colectiva. El público se involucra tanto que se convierte en un personaje más. Esa energía compartida provoca miedo, pero también diversión y risa después de un buen susto”.

El público de León y la tradición del terror
Rivero destaca la respuesta de los espectadores guanajuatenses.
“En León el público es positivo y exigente. Los hombres, especialmente, gritan con un miedo que viene de lo más profundo. Aquí se vive el terror y la emoción de manera intensa”.
Aunque la fecha coincide con Halloween y Día de Muertos, el actor asegura que la celebración es simbólica.
Nosotros solo ponemos nuestro grano de arena y llevamos la obra. El público llega ávido de sustos y de vivir la experiencia de terror en vivo”.
Además del espectáculo, Rivero comparte su gusto personal por León.
“¡Me encanta León! Siempre que vengo compro botas, chamarras y no puedo dejar de probar los helados frente a la iglesia. Es un gusto que se suma a la experiencia de la obra”, resaltó.
“Si no la han visto, no se la pierdan. Es histórica, única y cada función te hace vivir algo diferente. Y si ya la han visto, vuelvan porque cada vez le encuentras cosas nuevas y disfrutas la experiencia”, finalizó el actor Benjamín Rivero.
LCCR