León, Guanajuato.- Autenticidad y dulzura son las señas de identidad de Marilia Monzón: una artista cuya voz cautiva sin artificios y cuya estética sonora se ha convertido, sin esfuerzo aparente, en sinónimo de sensibilidad.
Desde “Operación Triunfo 2018”, la cantautora ha forjado un camino propio con canciones como “Trazando Rutas”, “Cruzando el Charco” y su EP “La Realidad”, que delinearon el inicio de un lenguaje musical reconocible.
Su álbum debut “Prenderé una Velita”, producido junto a Juanma Latorre (guitarrista de Vetusta Morla), fue la consolidación de ese sello: un pop–folk luminoso, permeado por raíz canaria y sensibilidad latina, acompañado por músicos como Adrián Seijas y Pablo Seijas.
Con más de 50 conciertos en escenarios iberoamericanos, la artista continúa expandiendo su presencia.
Su proceso creativo 2025 abre un nuevo capítulo profundamente vinculado a México y Latinoamérica. El pasado 18 de septiembre lanzó “Momento”, a dueto con Ximena Sariñana.
Este 8 de noviembre Marilia se presentará en León, en el Antropía Live Music (entrada: 200 pesos).
A continuación, la entrevista con AM:
— Eres originaria de Canarias, pero en México encontraste elementos musicales que se conectan con tu propia raíz. ¿Qué descubriste en este puente cultural?
Siento que como Canaria tengo muchas cosas en común con lo que se vive al otro lado del charco. Cuando llegué por primera vez a México encontré patrones rítmicos muy similares al folklore que escuché de niña. Eso me hizo sentir cerca de casa. El público mexicano me ha recibido con los brazos abiertos y yo solo espero estar a la altura para devolver todo ese amor. Grabar aquí con estos productores ha sido aprendizaje y descubrimiento. Hacerlo desde Coyoacán —un lugar tan creativo— determinó estas canciones.
— Tu relación con Latinoamérica se ha ido profundizando. ¿Qué te ha dejado esta exploración?
La cultura latinoamericana siempre me ha llamado la atención. Y con estos viajes me he interesado aún más. En esta ocasión tuve la oportunidad de estar en México durante Día de Muertos y conocer la cultura desde dentro. Patrones rítmicos como el huapango, la chacarera, la cumbia… son estilos que escuché desde pequeña y que ahora puedo aprender e integrar en mi música.
— ¿Cómo ha sido el diálogo con el público latino?
He recorrido distintos lugares del continente y sigo fascinada. El público latino tiene algo que no tienen los demás: su escucha es activa, respetuosa, amorosa, y eso te hace sentir más cómoda en el escenario.
— León será parte de esta gira. ¿Qué esperas de esta parada?
Me encanta que la música me permita conocer nuevos lugares. León será una de las paradas y tengo muchas ganas de compartir mis historias a través de las canciones. Vamos en formato acústico. Será algo íntimo y cercano.
— ¿Qué cambios detectaste en ti durante este proceso creativo?
Trabajar estas canciones desde cero y desde lo artesanal te transforma. Cuando entras a un estudio para crear, no sales igual. La Marilia que llegó a México hace unos meses a componer no es la misma que hoy contesta estas preguntas. Me gusta ser consciente de que las canciones te cambian.
— En un mercado acelerado, ¿cómo sostener la autenticidad?
Es algo que cuestiono mucho con amigos y amigas de esta industria tan salvaje. Me niego a concebir la música como consumo rápido. Quiero hacer canciones que perduren, que puedan escuchar mis nietos. Quiero quitar el ruido, seguir mi intuición y trabajar con gente que aporta calma y paciencia. Prefiero caminos de tierra, encontrarme piedras y guardarlas… a tomar autopistas que lo hacen más fácil.
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