Comonfort.- La mañana de este viernes se llevó a cabo el traslado de los cuerpos de las víctimas del accidente en la carretera Salamanca-León.

Salieron rumbo a sus pueblos natales de Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales, en Comonfort, los diez jornaleros que sufrieron un accidente en la carretera Salamanca-León, el jueves, en la madrugada.

Fue a las dos de la mañana de este viernes, que el alcalde de Juventino Rosas, Fidel Armando Ruiz Ramírez recibió el cuerpo de los 10 hombres fallecidos en el trágico accidente que conmocionó a Guanajuato y al País.

Fue alrededor de las 10 de la mañana que las carrozas fúnebres estuvieron listas y salieron en caravana rumbo a las comunidades. A Corrales irán cinco cuerpos y otros cinco a Pocitos.

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Quienes vieron pasar la caravana, rezaron y lloraron por los jornaleros fallecidos. Foto: Staff AM

Durante el traslado de cuerpos de quienes fallecieron en la carretera Salamanca-León, la gente que veía pasar la caravana, rezaba, lloraba y le daba la bendición rumbo a su última morada.

Los reciben entre lágrimas y aplausos

“¡Ay, pá, ay mi pá, ya no lo voy a ver, ¿qué voy a hacer?”, fueron los gritos de una mujer al ver llegar a su papá en un ataúd, después de que saliera a trabajar la madrugada del jueves.

Familiares, amigos y habitantes de las comunidades de Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales, en Comonfort, recibieron entre lágrimas, aplausos y pirotecnia a los 10 fallecidos en la autopista Salamanca-León, en un accidente automovilístico.

Alrededor de las 12 del día de este viernes, llegaron los primeros cuerpos a la comunidad Pocitos. Pero desde antes, más de un centenar de personas estaba reunido en la entrada de la comunidad para esperar la caravana y darle la sepultura a sus paisanos.

Primero recibieron cinco cuerpos. Cuando la caravana se acercó, los habitantes de Pocitos comenzaron a mover globos blancos y lanzaron pirotecnia. Al ver los féretros, no pudieron contener las lágrimas de dolor al despedir a sus seres queridos.

Poco a poco las camionetas fueron avanzando para llevar a cada uno de los lugares donde se estarán velando. El pueblo los acompañó detrás.

“Fue una noticia muy impactante, comenzaron a decir del accidente y no podíamos creer. Uno de ahí es mi ahijado, pero aquí todos nos conocemos, fue muy fuerte”, dijo un hombre que esperaba la llegada de los cuerpos.

En San Antonio de Corrales

En San Antonio de Corrales fue una escena similar, el pueblo se reunió y las campanas de la iglesia no dejaron de sonar, anunciando la llegada de los cuerpos.

La caravana llegó a la entrada del pueblo y una fila de caballos y sus tripulantes hicieron homenaje a los cuerpos de los fallecidos. Después alrededor de 300 habitantes con globos blancos y pirotecnia los recibieron.

Eran muy alegres, andaban en sus caballos, eran muy buenas persona, nos dimos cuenta por la tele, se sintió muy feo, era de nuestra comunidad”.

Los cuerpos fueron puestos en la entrada en donde las personas comenzaron a despedir a sus familiares y seres queridos. Para después llevarlos y acompañarlos hasta donde serán velados.

El padre de la comunidad de Pocitos ante la llegada de los cuerpos realizó una oración por el descanso de los hombres.

Tragedia visibiliza el rezago

Las comunidades de Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales, pertenecientes a Comonfort, son pueblos marcados por la carencia y el rezago en servicios básicos. La reciente tragedia que cobró la vida de diez jornaleros puso en el mapa a estas localidades y evidenció su falta de infraestructura esencial.

Ambas comunidades, que suman una población estimada de mil 500 habitantes, tienen servicios básicos escasos. La falta de oportunidades laborales orilla a la mayoría de sus habitantes, especialmente a los hombres desde temprana edad, a buscar trabajo fuera, incluso en otros municipios, repitiendo una dinámica de jornaleros generación tras generación.

La necesidad de salir a trabajar obligó a los diez jornaleros a salir de sus casas sin poder regresar, tras el trágico accidente que hoy enluta a Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales.

Carencias críticas en Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales

Los rezagos en Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales son evidentes. En materia de infraestructura básica, Pocitos carece de agua potable, y el acceso al suministro es limitado. Además, no existe sistema de alcantarillado en ninguna de las dos comunidades.

Respecto a las viviendas, solo una o dos calles de las comunidades están pavimentadas. Muchas casas están construidas con lámina, piedra y materiales improvisados, aunque algunos habitantes han podido mejorar sus casas gracias al trabajo en Estados Unidos.

En materia de salud, San Antonio de Corrales cuenta con un centro médico; sin embargo, los habitantes de Pocitos de Corrales deben recorrer kilómetro y medio para recibir atención básica. Si se trata de una urgencia mayor, los pobladores deben viajar más de una hora hasta Comonfort, aunque muchas veces prefieren ir a Juventino Rosas por la cercanía geográfica.

El transporte público es limitado: el camión pasa pocas veces al día y los vecinos pueden esperar hasta dos horas para abordarlo, dificultando el acceso a servicios y la salida al trabajo.

Búsqueda de oportunidades

Las comunidades sí cuentan con servicio eléctrico y oferta educativa en nivel preescolar, primaria y secundaria. No obstante, para continuar estudios superiores, los jóvenes deben trasladarse a Juventino Rosas o a la cabecera municipal de Comonfort. La distancia con la cabecera municipal dificulta la atención general de servicios para Pocitos de Corrales y San Antonio de Corrales.

Postura del Municipio

RAA/AAK

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