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Morirse en la raya

En política, la percepción es realidad: en León, el 75% de los habitantes se siente inseguro, de tal manera que la opinión pública irá tomando estado según los resultados que ofrezca la Administración municipal.

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Morirse en la raya

Tradicionalmente, León era una ciudad tranquila y segura; pero, ¡aquellos eran otros tiempos! Los robos a comercios, casas habitación, vehículos, asaltos y todo tipo de agresiones y trapacerías han aumentado sensiblemente. 

A diario, los ciudadanos son violentados, ya no hallan cómo resguardarse; por todos lados se escucha de amigos y conocidos que han sido asaltados o violentados en sus pertenencias y personas: Los comerciantes del centro ya no saben qué hacer con los delincuentes, los de la periferia, menos&

León sufre el flagelo de la delincuencia. El "leitmotiv" del municipio y el estado es que el fuerte no abuse del más débil, cuidar de la seguridad de las personas y de sus bienes, garantizar la paz y la convivencia entre los ciudadanos. Dentro de sus atributos esenciales está la ley y la justicia, para vivir con dignidad, que es el bien colectivo y el derecho de todo el mundo, opuesto a la acción disolvente del crimen y la delincuencia. 

Se podría afirmar que la inseguridad deslegitima cualquier otra acción que emprenda el gobierno, porque habiendo orden, paz y tranquilidad, las demás acciones son complementarias del bienestar de la población. Si el municipio garantizara la seguridad para el mayor número de habitantes, sería un municipio que proyectaría la imagen de instituciones confiables y creíbles.

El nombre de Rudolph Giuliani es sinónimo de seguridad; el ex alcalde de la Gran Manzana, conocido también como el alcalde de las "cero tolerancias", logró convertir la urbe de hierro en una ciudad para todos. Dice Giuliani, "que es condición sine qua non, para lograr una ciudad segura, que el ciudadano confíe en sus autoridades y las respete, para que este se anime a denunciar y coadyuvar así con la Policía". Lo anterior se gana teniendo un enorme respeto para con los ciudadanos, de parte de todos los funcionarios, desde la Alcaldesa, hasta el cuerpo edilicio y desde luego los cuerpos policiacos. 

La sociedad demanda seguridad, Policía profesional bien remunerada, dispuesta a servir y proteger con respeto y esmero. Es decir, una Policía que cuente con todos los avances tecnológicos, hombres de valor y de valores cívicos y sociales, con vocación de servicio, diestros en tareas de inteligencia, sanos de mente y de cuerpo, dispuestos a cambiar su vida por la de un ciudadano. 

"Vamos a trabajar y me moriré en la raya y haré lo que se necesite para cambiar esta ciudad", recientemente, declaró la Alcaldesa. Esta se muestra preocupada y ocupada en el tema de seguridad; desde la campaña, Ale estaba consciente que su principal desafío sería enfrentar la terrible inseguridad. En campaña, la opinión de brindar seguridad, como una prioridad, fue avalada por todos los aspirantes a la alcaldía: "La inseguridad es la principal preocupación y necesidad que atender en León," expresaron los candidatos a la alcaldía en el debate organizado por la Coparmex.

En política, la percepción es realidad: en León, el 75% de los habitantes se siente inseguro, de tal manera que la opinión pública irá tomando estado según los resultados que ofrezca la Administración municipal. El auténtico líder se crece con los retos que asume y lucha por lo que cree y los objetivos que persigue. Más allá de grillas de partidos, hay confianza en que pronto, Ale será capaz de construir un gobierno que brinde la seguridad necesaria a los leoneses, un gobierno que transmita entusiasmo y optimismo, capaz de generar las condiciones para que los ciudadanos encuentren su propio camino y la realización a sus propios sueños, sin peligros amenazantes.

Pero, sería importante darle contexto al tema de la inseguridad que vive actualmente Guanajuato: Ya en el gobierno de Juan Manuel Oliva, de infausta memoria, empezaba una creciente ola de robos, crímenes y secuestros, por el "efecto cucaracha," según decía el gobernador, mientras se extasiaba con el sueño de adormidera de ser presidente de la República. Así las cosas, nunca atendió los barruntos criminales que acechaban a nuestra entidad&Al ex gobernador Miguel Márquez le pasó de noche, a lo más que llegó fue a comprar el "Sistema Escudo," el artefacto más caro e inútil del que haya memoria. Márquez fue omiso y tibio con la inseguridad& actualmente, no se percibe una estrategia, un cambio, o una mejoría. La delincuencia va in crescendo&  

Para avanzar en seguridad, se necesita una gran convocatoria social. "Las acciones de los que gobiernan no tendrán éxito si no van acompañadas de las estructuras sociales": Rudy Giuliani. Pero, para mover a una comunidad, se requiere de liderazgo y que los ciudadanos tengan fe y confianza en sus autoridades, para denunciar y colaborar con la Policía. "Morir en la raya", también debería aplicar para todos los responsables de la seguridad en el estado: significa cumplir el deber, morir de amor por los ideales que se persiguen. 

Ale debe aprovechar su capacidad de convocatoria y su carisma, para sumar a la sociedad, hacer política y más política, pero no la de partidos sino la de un estadista, la de un buen líder, para ser el vaso comunicante entre la sociedad. El carisma puede cambiar el mundo. En la lucha contra el malvado, la sociedad tiene tres armas: gobierno, opinión pública y conciencia": William Somerset.

P.D. El Secretario de Seguridad estatal aseguró que "los resultados de la Policía de por lo menos 25 municipios, no agarran ni a un borracho. La Policía estatal no va a suplir a las municipales". Si esto está tan claro, entonces, ¿por qué el Gobierno del estado no se muere en la raya y ayuda a municipios a capacitar a sus policías, columna vertebral de la prevención del delito? Solos no pueden.  

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