En México estamos a punto de caer en una vida social sin sentido; presionados por el crimen organizado, sin oportunidades de hacer negocios y con gobiernos que privilegian el dar para mantener clientela política, la vida pierde sentido…

Mi primer trabajo fue a los 8 años, mi madre nos mandaba a trabajar un mes durante las vacaciones de la escuela, trabajaba yo de chicharo, llevaba la ropa o las telas del mostrador de la tienda a la caja, donde envolvían y cobraban. Mi primer sueldo fue de $100.00 cien pesos al mes y tenía yo que darle la mitad a mi madre como parte de una cultura de responsabilidad y apoyo; así se educaba antes, formando y construyendo valores de corresponsabilidad. Otra actividad asociada era el estudiar, era mi obligación y la de mi hermano salir adelante en la escuela. Nadie nos hacia la tarea ni elaboraba nuestros proyectos, esa era nuestra responsabilidad y consecuentemente las calificaciones nuestro premio.

Mi primera chamba en serio fue en Sears Roebuck, trabajé de cargador repartiendo lo vendido el día anterior, mis compañeros, un chofer y el otro cargador; lo que recuerdo de esa época, era la solidaridad de los compañeros y el gusto que me daba recibir un sueldo derivado del esfuerzo; hoy eso se evade, los jóvenes buscan evitar el esfuerzo, la escuela es para obtener certificados, no conocimientos, los padres no educan, consienten y echan a perder a los hijos que terminan sin servir para nada, en las escuelas reclaman a los maestros por no aprobar a sus hijos, o peor, permiten que sus hijos avancen en la escuela sin tener conocimientos y eventualmente sin evaluaciones o exámenes, nos estamos convirtiendo en sociedades de inservibles y todo por una mala educación que termina siendo base de drogadicción o alcoholismo o de delincuencia; por eso estamos mal y por ello la vida pierde sentido, ya que todo se reduce a tener, aun sin esfuerzo, lo que debería ser producto de nuestro esfuerzo y derivado de ello un logro que daría sentido a nuestras vidas.

Lograr cosas sin hacer esfuerzo, vacía el alma, trae desaliento y le quita sentido al vivir, como se lo quita el delito que obliga al trabajador, al empresario, al que lucha, a repartir el producto de su esfuerzo con quienes, sin hacer nada, reducen sus vidas a recoger lo ganado por otros mediante una pistola.

Este deterioro social, en gran parte promovido por el gobierno, una mala educación y su permisividad al crimen, a la tranza o al engaño, trae como efecto un sin sentido a nuestras formas de vida que pretendemos tener poseyendo cosas, y cuando no podemos, robando cosas para tener y tener y volver a quedar vacíos con vidas que simplemente se viven sin alcanzar logros, objetivos y metas que como producto del esfuerzo y del trabajo, gratifican, que de eso se trata el vivir bien y de eso trata el dar calidad a la vida… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

 

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador

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