Columna de Manuel J. Jáuregui

Con todo el espíritu navideño encima, hoy decimos a la Presidenta Claudia Sheinbaum: ¡Feliz Navidad! O, en su caso, quizá ¡Feliz Hanukkah! Es más, ¡hasta al caimebién de Noroña le deseamos felices fiestas, en caso de que sea agnóstico o ateo!

¿Y saben quiénes recibieron un regalazo navideño? ¡Los chilenos! Como saben, ganó Kast las elecciones presidenciales, siendo un hombre a favor del Gobierno chico, sociedad grande; rendición de cuentas de los servidores públicos, transparencia, división real de poderes, libertad de emprender, mercados libres, límites al poder, libertades absolutas para el ciudadano, etcétera.

A esto algunos bellacos lo llaman “ultraderecha”… ¡Se equivocan! Esto es ser libertario. Los llamados “de izquierda” son quienes pretenden limitar al ciudadano y empoderar al Gobierno; ésta es una posición fascista y, por tanto, la realmente conservadora.
Volviendo al tema: ganó Kast en Chile y a ello le llamaron un triunfo de la derecha. En la mañanera le preguntaron a la Presidenta Sheinbaum su opinión sobre el resultado, el cual demuestra -junto con Bolivia, Perú y otros- que en América Latina el PÉNDULO DE LA ALTERNANCIA parece inclinarse en sentido opuesto a las “IZQUIERDAS” populistas y demagógicas.

La Presidenta contestó de una manera que se presta a NEGRAS interpretaciones: “YO CREO QUE ESTO NO SE VA A DAR EN MÉXICO”. Esto puede ser una mera opinión o una ADVERTENCIA. Incluso podrían ser ambas. Debemos enmarcarlo en las circunstancias actuales en México, país en el que las diferencias políticas, como acabamos de atestiguar en Donceles, se dirimen “por las greñas”, a golpes, y no con razonados fundamentos; con imposiciones de ventajas políticas, y no con inclusión, y menos con discusión.

MÁS AÚN: estamos a milímetros de que Morena y la 4T nos receten otro descontón a la democracia con la llamada REFORMA ELECTORAL que, por lo que se sabe, no viene nada bien: limitará la participación, incrementará el dominio de Morena y aumentará el de por sí ya considerable poder del Ejecutivo. Cuando la Presidenta asegura que “esto no se va a dar en México”, ¿estará afirmando un hecho a partir de que la Reforma Electoral CANCELARÁ toda posibilidad de ALTERNANCIA? ¡Sin la posibilidad de alternancia no puede haber democracia!

Reconoció que en Chile se había concretado por una decisión DEMOCRÁTICA del pueblo chileno. Entonces, ¿por qué anula la posibilidad de que en México el pueblo opte por la alternancia? ¿Será porque ella sabe que la pendiente Reforma Política que cocinó el incondicional Pablo Gómez, junto a PURO morenista, SIN LA PARTICIPACIÓN de la oposición o de la sociedad, hará IMPOSIBLE la alternancia? ¡Adiós, democracia, pues!
Esto es muy grave, sobre todo cuando se considera como un elemento más dentro de un paquete de inconvenientes que han fomentado la INCERTIDUMBRE y han MINADO LA CONFIANZA en los Gobiernos cuatroteístas. Lo cual se ha traducido en falta de inversión, un megamediocre crecimiento de apenas 0.3 por ciento del PIB anual este año, y el siguiente si acaso llegando al 1 por ciento, de salir todo bien. ¡Y esto en un supuesto “boom” del nearshoring!

Debe también considerar la Presidenta que está en proceso una FUGA DE CAPITALES, producto de la incertidumbre, principalmente jurídica, con los jueces acordeón y una Suprema Corte integrada por puro cuatroteísta, además ineptos jurídicamente hablando.
Y ahora tenemos un presagio/advertencia de la máxima Tlatoanesa: ¡en México no habrá alternancia! O sea que NUNCA nos podremos sacudir el yugo del sometimiento e ineptitud de la 4T y estamos condenados a padecer a los domadores de avestruces y su PROLE, a los Adanes Augustos, Noroñas y demás fauna del zoológico político de la 4T.

Sinceramente anhelamos que la Presidenta haya expresado ante los sucesos en Chile lo que Trump llamaría “wishful thinking” (pensamiento ilusorio), y que no haya sido un adelanto fundado de lo que la señora conoce a ciencia cierta que será una inmediata realidad: ¡la anulación de la alternancia!