Despenalización del aborto: el recuento del proceso
Este jueves, Guanajuato perdió una oportunidad de avanzar, de evolucionar hacia una realidad que ya nos alcanzó y que es inminente.
Por: Sandra Alicia Pedroza Orozco *
Cuando comenzamos esta legislatura, el futuro de Guanajuato, en lo que respecta al avance de la igualdad de género, reconocimiento y garantía de los derechos de las mujeres parecía prometedor; estábamos en un escenario en el que por primera vez teníamos en el país una presidentA (con A) y en el estado una GobernadorA, quien ya se había pronunciado públicamente en contra de criminalizar a quienes ejercen su derecho a decidir. También, nos encontrábamos en un nuevo contexto, en el que por primera vez, en décadas, Acción Nacional, ya no contaba con la mayoría requerida para imponer sus posturas conservadoras, pero sobre todo, el panorama parecía conveniente porque quienes integramos esta legislatura por primera vez, seríamos en su mayoría mujeres.
Con el voto de las 19 diputadAs que integramos esta legislatura hubiera bastado para lograr despenalizar el aborto y garantizar nuestro derecho a la autonomía reproductiva, a decidir y a la salud constitucionalmente reconocidos. Sin embargo, el resultado fue 19 votos contra 17, una vez más el Congreso de Guanajuato nos falló a las mujeres rechazando la despenalización. De los 19 votos recibidos en contra, 10 fueron de diputadas.
Esta situación nos demuestra una vez más que, aunque la paridad es un avance indiscutible, ello no es garantía de que las mujeres que llegan a los puestos de toma de decisión tengan conciencia de género y el compromiso de trabajar en beneficio del avance de la igualdad y nuestros derechos.
El jueves se culminó un proceso histórico, en el que gracias a los precedentes y criterios jurídicos que la Suprema Corte de la Nación ha emitido en los últimos años, así como a los avances que ya han tenido otros 24 estados en la materia, por primera vez las y los diputados y también la ciudadanía tuvimos la oportunidad de escuchar y expresar argumentos jurídicos y de carácter social basados en evidencia, que fueran más allá de las creencias ideológicas y morales.
Pero nuevamente se impuso la ideología sobre la razón, el privilegio sobre la realidad y los intereses personales sobre la conciencia de género y nuestros derechos. En esta discusión no se hablaba solo del aborto -que es una alternativa, no una obligación-, sino de garantizar los derechos a la salud, a la autonomía reproductiva, justicia e igualdad de las mujeres, ante lo cual el grupo conservador defendió su postura pro-parto no solamente replicando desinformación sobre las propuestas, sino también descalificando, menoscabando y denostando a instituciones que en otras ocasiones -cuando les conviene- tanto dicen respetar y defender como lo son la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la misma Organización de las Naciones Unidas, recurriendo además a razonamientos religiosos, clasistas, machistas, misóginos y discriminatorios que no hacen más que evidenciar el contexto de violencia y agravio comparado que vivimos las mujeres en Guanajuato, no solo por parte de la sociedad, sino también de las mismas autoridades.
Este jueves, Guanajuato perdió una oportunidad de avanzar, de evolucionar hacia una realidad que ya nos alcanzó y que es inminente.
Mientras el Estado siga negando y postergando esa realidad, yo voy a seguir levantando la voz por las niñas obligadas a ser madres, por las jóvenes que han tenido que abortar en precariedad, solas y con miedo, pero también por las mujeres que han sido juzgadas y criminalizadas por decidir no aceptar ese destino que socialmente se nos ha impuesto.
Seguiré exigiendo y defendiendo todos y cada uno de nuestros derechos incluyendo nuestro derecho a decidir.
Aquí no termina nada, aquí comienza todo.
SERÁ LEY.
* La autora es actual diputada local por el partido Movimiento Ciudadano.
Opinión en tu buzón
Deja tu correo y recibe gratis las columnas editoriales de AM, de lunes a domingo
