Moroleón.- Debido a la percepción de violencia en el municipio y en todo el estado, habitantes de Moroleón consideran que la tradición de realizar celebraciones religiosas en la vía pública ha decaído. Actualmente, la inseguridad posadas en calle ha provocado que estos eventos se trasladen al interior de las parroquias locales.
Católicos del municipio señalan que, además del temor, existe un menor interés ciudadano por la tradición debido a factores económicos. Muchos hogares ya no cuentan con los medios para costear aguinaldos, refrigerios o bebidas para los asistentes, lo que debilita la organización comunitaria en los barrios.

Impacto de la violencia en las tradiciones
Los papás ya no dejan salir a los niños a las calles como antes; las colonias ya no se organizan ni cooperan. La inseguridad desde hace tiempo nos alcanzó y ahora todos quieren que los padres de la iglesia se encarguen de todo”, comentó Francisco Muñoz, ciudadano de la localidad.
Por su parte, empleados de las parroquias informaron que mantienen el esfuerzo por organizar las celebraciones que conmemoran la llegada de Jesús a Belén. Sin embargo, reconocen que el entorno actual ha forzado cambios en la logística de estos eventos que promueven la unión familiar.
Seguridad y cambios generacionales
“No es seguro ir por las calles con la procesión por la inseguridad posadas en calle y el peligro que hay con los niños ante cualquier incidente. Por eso se hacen ya en las parroquias, aunque es una tradición que lamentablemente las nuevas generaciones han dejado a un lado”, mencionó Rafael Espinoza, trabajador de la parroquia de El Señor de la Clemencia.

Otros ciudadanos, como Sergio Carmona, opinan que el desinterés también tiene un trasfondo material. “La verdad es que los niños y hasta los papás van a las posadas por el aguinaldo y la cena que regalan; cuando se deja de dar una cosa o las dos, ya no asisten”, afirmó el vecino de Moroleón.
Pese a los retos económicos y sociales, las autoridades eclesiásticas invitan a la población a recuperar el sentido espiritual de las fechas. El objetivo es evitar que factores externos terminen por desaparecer una de las tradiciones más arraigadas en la región sur del estado.
Cumplen compromisos Policías de Moroleón y Uriangato
Las corporaciones de Seguridad Pública de Moroleón y Uriangato informaron, a través de una solicitud de acceso a la información, que trabajan actualmente con el 95 % de su capacidad policial Moroleón y Uriangato. Con esta cifra, los municipios destacan el cumplimiento de los compromisos acordados con el Gobierno del Estado.
Durante este año, diez elementos han causado baja en el municipio de Uriangato por renuncia voluntaria. Por su parte, en Moroleón, 11 agentes salieron de la dirección de Policía debido a rescisiones laborales, procesos ante el Consejo de Honor y Justicia, y siete de ellos por renuncia.
Operatividad y jubilaciones en la zona sur
Ningún uniformado se ha jubilado este año en Moroleón, mientras que tres agentes lo hicieron en Uriangato. A pesar de estos movimientos, las comandancias comunicaron que las bajas no han generado afectaciones en la operatividad diaria de las fuerzas de seguridad locales.
Trabajamos desde hace años con la plantilla llena, estamos cumpliendo con la mayoría de los compromisos con la Secretaría de Seguridad y Paz del Estado. Seguimos en constante capacitación y no hemos tenido mayores problemas”, comentó Humberto Cerrillo, titular de Seguridad Pública de Uriangato, al referirse a la capacidad policial Moroleón y Uriangato.

Altas y control de confianza
En Uriangato, diez nuevos elementos se integraron a la corporación en lo que va del año. En Moroleón, 12 agentes causaron alta recientemente. Las autoridades resaltaron que la totalidad de los nuevos ingresos cuentan con su examen de control y confianza debidamente aprobado, requisito indispensable para su permanencia.
Sin embargo, los pobladores de ambos municipios señalan que no se sienten totalmente seguros. Aunque los sucesos de alto impacto han sido menores, los habitantes advierten que los intentos de extorsión, robos y asaltos persisten en diversas zonas de la periferia.
Percepción ciudadana y vigilancia
“Hace falta mucha vigilancia en colonias alejadas y hasta en los ranchos porque hay muchos robos de motos y en casas. Muy seguro no está en las noches en varias colonias”, comentó Fermín Gutiérrez, habitante de Uriangato, respecto a la efectividad de la capacidad policial Moroleón y Uriangato en su zona.
Por otro lado, Guadalupe Barajas, vecina de Moroleón, criticó el tiempo de respuesta de los agentes. “Cuando pasa algo son los últimos que llegan; hay muchas extorsiones y robos, pero nunca agarran a los ladrones ni a los que venden droga”, opinó, reflejando el contraste entre las cifras oficiales y la realidad cotidiana.
RAA