Uruapan, Michoacán.- Lo que debería haber sido una noche de tradición, luz y convivencia se convirtió en un recuerdo traumático para un grupo de turistas originarios de San Francisco del Rincón.

Ellos viajaron a Uruapan, Michoacán, para disfrutar del Festival de las Velas. El evento se vio marcado por el atentado contra el presidente municipal Carlos Alberto Manzo Rodríguez la noche del sábado, justo cuando el festival comenzaba.

En entrevista con uno de los testigos del asesinato de Carlos Manzo, él compartió con AM la experiencia que vivió junto con sus familiares y amigos.

A unos metros del sitio donde ocurrió el ataque armado, relató que en medio de la confusión, pensó que los disparos eran parte de la pirotecnia, hasta que una multitud empezó a correr en todas direcciones.

Se escucharon los disparos que al principio confundimos con fuegos artificiales, pero enseguida se desató el caos. La gente corría sin rumbo, empujándose, gritando… Yo trataba de proteger a mis hijas, las orillé hacia un árbol para que se cubrieran, no quería que las empujaran o les pasara algo”, comentó el entrevistado, quien prefirió no ser identificado por razones de seguridad.

El grupo de 48 personas (entre ellos adultos y niños) había llegado en autobús desde San Francisco del Rincón para disfrutar del festival, que cada año organiza la ciudad de Uruapan en honor a las tradiciones locales.

Después de un día de recorridos por el centro histórico, el grupo se encontraba listo para participar en el tradicional encendido de velas a las 7:00 de la noche. Sin embargo, los eventos tomaron un giro inesperado.

Ya nos habíamos preparado, fuimos a caminar al Parque Nacional, tomamos fotos y recorrimos un poco el jardín donde se iba a hacer la encendida. Estábamos esperando que empezara cuando, de repente, se escucharon los disparos”.

“Yo no sabía qué hacer, solo pensaba en proteger a mis niñas. La gente corría en todas direcciones, empujándose, gritando. Fue un momento de terror”, relató uno de los testigos del asesinato.

La experiencia traumática de los testigos

Momentos después de escuchar los disparos, el grupo de turistas, temiendo por su seguridad, comenzó a buscar la manera de regresar al hotel, que se encontraba a solo cuatro cuadras del lugar. Sin embargo, la confusión reinante dificultó la salida, ya que las autoridades informaban sobre personas armadas en la zona.

Había muchos rumores, decían que los sicarios estaban corriendo por las calles. Por eso decidimos esperar un rato, no sabíamos si era seguro salir. Mi esposa y yo intentábamos calmar a las niñas, pero ellas estaban muy asustadas. Decían que ya no querían estar allí, que se arrepentían de haber venido”, añadió, con la voz aún entrecortada por la angustia del momento.

Mientras el grupo se resguardaba, varias ambulancias y patrullas llegaron rápidamente al sitio, y la zona fue acordonada por la policía y fuerzas de seguridad. Entre tanto, los comerciantes que habían instalado sus puestos en el jardín, se vieron obligados a recoger su mercancía y cerrar rápidamente.

“Los comerciantes estaban muy molestos, decían que habían invertido mucho dinero en su mercancía, en su comida, y ahora no sabían si podrían recuperar lo que habían perdido. El evento se había detenido, y ellos sabían que esa noche sería difícil. Es triste ver que algo tan bonito, como un festival lleno de cultura y tradición, termine de esa forma”, expresó el visitante.

El grupo finalmente logró llegar al hotel, pero el miedo y la tristeza los acompañaron durante el resto de la noche. Aunque llevaban años participando en este evento, el atentado les cambió la perspectiva sobre su seguridad y la de sus seres queridos.

Cada año veníamos con mucho entusiasmo, nos encanta Uruapan y la tradición de las velas, pero ahora todo eso se ha arruinado. No sé si volveremos el próximo año, lo pensaremos mucho. La seguridad de mi familia es lo más importante”, afirmó el entrevistado, con tono nostálgico.

El Festival de las Velas, que originalmente estaba destinado a conmemorar las tradiciones de la ciudad, se convirtió en el escenario de una tragedia que marcará no solo a los habitantes de Uruapan, sino también a los turistas que, como este grupo de San Francisco del Rincón, habían hecho del evento una tradición anual.

“Nos vamos tristes y desilusionados, pero también con una sensación de impotencia. Lo que ocurrió en Uruapan es algo que no olvidaremos fácilmente. Sin embargo, le pido a las autoridades que hagan algo para que esto no vuelva a pasar”, finalizó el entrevistado.

Los testigos del asesinato se mostraron pesimistas respecto a la posibilidad de regresar a la ciudad en el futuro cercano.

El asesinato

El asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, ocurrió el 1 de noviembre de 2025 durante un evento público del Día de Muertos en el centro de la ciudad. El edil, conocido por su postura de mano dura contra el crimen organizado, había recibido siete impactos de bala con un arma calibre 9 milímetros.

Este crimen se consumó a pesar de que el alcalde contaba con protección. El Gabinete de Seguridad federal confirmó que Manzo tenía asignados 14 elementos de la Guardia Nacional (GN) y policía municipal desde diciembre de 2024, esquema que fue reforzado en mayo de 2025.

El agresor fue abatido y neutralizado por el personal de seguridad en el lugar de los hechos. El Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, calificó el ataque como “cobarde” y señaló que el atacante actuó asumiendo el riesgo de morir o ser detenido.

El sujeto abatido no portaba identificación, por lo que la Fiscalía se encuentra trabajando para obtener su identidad. El arma utilizada estaba vinculada a enfrentamientos previos.

Manzo había sido una figura polarizante, que incluso retó públicamente a la Presidenta Claudia Sheinbaum a pacificar la región y había ordenado a su policía “abatir” delincuentes. Tras el homicidio, el Gabinete de Seguridad fue convocado a una reunión de emergencia por la Presidenta Sheinbaum.

AAK

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