Guanajuato.- De tres mil 572 casos confirmados del virus del papiloma humano en Guanajuato (VPH) entre 2020 y septiembre de 2025, solo un caso tiene antecedente de vacunación. Es decir, la persona se vacunó contra esta enfermedad.
La vacuna gratuita contra el VPH que se aplica en Guanajuato protege contra los tipos de papiloma humano de mayor riesgo que pueden desarrollar cáncer cervicouterino, anal o de garganta. Es la única vacuna que protege contra un cáncer.
Este único caso que se reportó este año, se trata de una paciente de Acámbaro de entre 25 y 34 años, informó la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG) a través de una solicitud de información.
¿Por qué casi nadie tiene el antecedente de vacunación?
La baja cifra se debe a que la vacunación gratuita contra el virus del papiloma humano en Guanajuato se consolidó en el esquema nacional de vacunación para niñas de quinto de primaria y de 11 años no escolarizadas a partir del 2012.

Así lo explicó Sara García Salinas, de la Dirección de Atención a la Salud de la Infancia, Adolescencia, Salud Reproductiva y Equidad de Género de la SSG, en entrevista con AM.
“Hay que recordar que la vacunación gratuita contra el VPH comenzó en México hace 13 años. Se introdujo en todos los estados, había iniciado en 2008, pero solo en ciertos municipios, no había de Guanajuato”, detalló la funcionaria.
García Salinas añadió: “Esta vacunación va dirigida a mujeres de 11 años; a quienes vacunaron en 2012, ahora tienen 25 años. Es por eso que mujeres mayores a esta edad no tienen el antecedente vacunal contra esta enfermedad. Quienes lo pueden tener son personas que se vacunaron en hospitales privados”.
El 99.6 % de los casos se da entre los 35 y 64 años
Tres mil 558 de los casos de VPH diagnosticados, es decir, el 99.6 %, se detectaron en mujeres de entre 35 y 64 años.
El resto, 14 casos, se reportaron de la siguiente manera: 11 casos en mujeres de entre 25 y 34 años se registraron; un caso en una mujer de 25 años; otro entre los 25 y 64 años y un caso en una mujer de 64 años, según los datos proporcionados por la SSG.
También se indicó que el 27% del total de los casos (977) corresponden a León. Otros municipios que concentraron el mayor número de casos son: Irapuato (391), Celaya (244), Salamanca (177) y Guanajuato capital (88).
Importancia de registrar la vacunación
García Salinas dijo que cuando las mujeres acuden a realizarse el Papanicolaou o la prueba para detectar alguna lesión en el cuello uterino y prevenir el cáncer cervicouterino, el médico hace un interrogatorio y pregunta a la mujer si se ha vacunado o no contra el VPH.
Ese dato queda registrado en el expediente clínico, por eso se tiene ese historial de cuántas mujeres que se han hecho su Papanicolaou tienen el antecedente de haber recibido la vacuna contra el VPH.
“Se confía en lo que la persona nos informa y recordemos que la aplicación de la vacuna se registra en la cartilla nacional de salud y ahí se verifica esta información. Por eso es muy importante que cada vez que se acuda a consulta o a realizarse algún estudio médico se presente esta cartilla donde se registra el historial de vacunación”, resaltó.
Campaña activa: Hay cerca de nueve mil vacunas
La especialista recordó que en septiembre de 2025 comenzó la campaña de vacunación contra el VPH en escuelas primarias de Guanajuato y concluirá el 15 de diciembre o hasta agotarse las vacunas. Aún hay cerca de nueve mil vacunas disponibles.
Detalló que la meta es aplicar 76 mil 173 vacunas a mujeres y hombres de 11 años o que cursen el quinto grado de primaria. Hasta el 3 de diciembre se habían aplicado 66 mil 812 vacunas.
García Salinas enfatizó: “Hay que recordar que las vacunas previenen de contraer enfermedades potencialmente graves, pero esta en particular, la del virus del VPH nos puede proteger contra diversos tipos de cáncer”.
“Es la única vacuna que protege contra un cáncer y es muy importante contar con esta vacuna que protege contra el cáncer de cuello de útero en las mujeres y también del cáncer de ano, de garganta, de pene, de vagina y de vulva”, enfatizó García.
Destacó que es sumamente importante que los padres de familia lleven a sus hijas e hijos a vacunar a cualquier unidad de salud más cercana o que firmen la autorización para que sean vacunados en las escuelas.
“Si por algún motivo ya pasamos a la escuela y en ese momento no les autorizaron la vacunación, todavía pueden aplicársela. La vacuna también se aplica a mujeres de 12 a 16 años que por alguna razón en años anteriores no se vacunaron. Se pueden vacunar en los centros de salud”.
Finalmente, exhortó a la población: “No tengan desconfianza de la vacuna porque todavía ciertos grupos de personas se han dedicado a decir que causa daño y la verdad es que no, es una vacuna segura y protege contra una enfermedad grave como el cáncer cervicouterino”.
Agregó que en el medio privado la vacuna contra el VPH cuesta entre los 3 mil y 3 mil 500 pesos.
La medicina que salva mujeres: El trabajo silencioso que evita muertes por cáncer en León
El 23 de octubre AM publicó que no muchas personas conocen a la doctora Patricia Ortega González y a su equipo, pero cada día analizan cientos de muestras para detectar cáncer cervicouterino en León, desde el Laboratorio de Citología del Hospital General Regional.
Las mujeres que acuden a hospitales y centros de salud confían en el personal que toma sus muestras, pero detrás de cada análisis hay especialistas que, sin conocerlas, desempeñan un papel crucial -aunque muchas veces invisible- en la detección temprana de enfermedades.
Su labor consiste en estudiar tejidos, células y fluidos corporales para identificar alteraciones que revelen la presencia de padecimientos como infecciones, inflamaciones o, en este caso, cáncer.
En el marco del Día del Médico, AM conversó con Patricia Ortega, jefa del Laboratorio de Citología ubicado en la Torre Vida de la División de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guanajuato, campus León.
Allí utilizan la citología en base líquida, una técnica que mejora la calidad y representatividad de las muestras, y que -según Ortega- ni siquiera algunos hospitales privados poseen. Este laboratorio recibe muestras de la mitad de las jurisdicciones sanitarias del estado.
Hija de médicos -un proctólogo y una citopatóloga-, Patricia asoció desde niña la medicina con la plenitud.
“Mi fuente de inspiración fue mi mamá, que siempre la vi trabajando con mucho gusto. Se le notaba feliz cuando estaba frente al microscopio o viendo a sus pacientes; eso me motivó. Desde pequeñas nos llevaba al laboratorio, yo le ayudaba a archivar laminillas, y decidí estudiar medicina”.
Estudió la licenciatura en la Universidad de Guanajuato y la especialidad en el Hospital General de México, donde conoció a su esposo. Después se integró al programa estatal de prevención del cáncer cervicouterino y se estableció en León.
Explicó que la patología es uno de los eslabones de la cadena del personal de salud que trabaja para ofrecerle a las mujeres una forma de prevención de un problema de salud, pero que el primer paso es que cada paciente decida hacerse la prueba y de que esta se haga en tiempo y forma.
El cáncer cervicouterino -también conocido como cáncer de cuello uterino (CaCu)– es asintomático cuando aún es tratable. Cuando aparecen síntomas como secreción, sangrado o dolor intenso, suele ser demasiado tarde.
Por eso es muy importante que las mujeres se decidan: acudan con su centro de salud y, de ser necesario, le den seguimiento al tratamiento. Incluso, si están en algún contexto de vulnerabilidad, hay opciones, aseguró la doctora.
“Nosotros en el laboratorio estamos como tras bambalinas, no vemos a las pacientes, vemos laminillas, pero en nuestra conciencia está que cada laminilla es una paciente.
“Yo me he dedicado a ver las células de los Papanicolaou de las mujeres, vemos al microscopio, todo esto lleva una sistematización: hay técnicos que nos apoyan en la lectura de la laminilla, buscamos células anormales en las mujeres y muchas veces encontramos células que son antes del cáncer, son células displásicas y eso es maravilloso, porque el cervicouterino es un cáncer prevenible”.
Entonces, cada vez que el personal de patología descubre células de lesiones en el cuerpo de alguna paciente, se siente aliviado de que ella haya acudido a hacerse la prueba, pues eso le brindará la oportunidad de llevar un tratamiento que prevendrá el cáncer.
“Esa mujer nunca nos va a conocer, pero nos sentimos responsables de su diagnóstico”.
Ortega enfatiza que el personal de salud debe actualizarse constantemente para detectar lesiones a tiempo y aplicar nuevas tecnologías.
HLL