La Judea: Viven festividad religiosa y de tradición en Purísima del Rincón
Cientos de personas presenciaron el primer recorrido rumbo a la tradicional Judea.
Purísima del Rincón, Guanajuato.- Cientos de ciudadanos entre gritos, tambores y trompetas presenciaron el primer recorrido rumbo a la tradicional Judea, donde participaron los poco más de 300 actores que recorrieron las principales calles del Centro.
Cada año, miembros y representantes del Patronato ‘Hermenegildo Bustos y su Judea’ se reunieron en la Casa de la Cultura para prepararse al tiempo que los encargados daban las indicaciones para llevar a cabo el recorrido.
Antes de iniciar, el director de la Casa de la Cultura, Gerardo Reyes, invitó a los participantes a realizar el recorrido con respeto y apego a la tradición, mientras el Alcalde hizo un llamado a conservar viva el evento cultural más importante de Purísima.
“Año con año se ha estado promocionando la Judea en otros lugares, este año con la participación en Manuel Doblado, en Ciudad de México, en la capital (Guanajuato capital) y hoy toca atender aquí en el municipio”, indicó el Alcalde.
Los participantes se preparan, los ciudadanos se reúnen en la calle 5 de Mayo desde antes de las 3 de la tarde, emocionados por el inicio de una de las tradiciones más emblemáticas del municipio.
A la hora prevista, más de 200 personas ya se encontraban frente a la Casa de la Cultura, extendiéndose hasta la esquina con la calle Hermenegildo Bustos, ya que ese sería el trayecto que tomaría el recorrido.
Al escuchar los tambores y trompetas, el entusiasmo se desbordó mientras los participantes salieron de la Casa de la Cultura y emprendieron su andar por la Zona Centro, dando vida a esta representación que cada año atrae a locales y visitantes.
El recorrido simboliza la tentación de Judas al aceptar las monedas de plata a cambio de entregar a Jesús, por lo que a lo largo del trayecto es común ver cómo se le ofrecen las monedas al característico personaje.
Los Landeros: Una dinastía que fabrica chicotes
Para muchos, el chicote es solo uno de los sonidos característicos de la Judea, para la familia Landeros es una forma de ganarse la vida, detrás de cada uno de estos objetos hay una historia de trabajo artesanal y tradición de Semana Santa.
La familia originaria de Purísima del Rincón se dedica desde hace años a la elaboración de chicotes de manera artesanal, en una tradición que ha pasado generaciones y que actualmente está principalmente a cargo de Javier Landeros.
Aseguraron que su producto no solo es reconocido por la calidad y el detalle en su manufactura, sino también por su conexión con una de las celebraciones más emblemáticas de la región, a la cual se dedican desde los abuelos hasta los más pequeños de la familia.
“Vimos una iniciativa entre amigos de elaborarlos, hacer que nuestra tradición se viva un poquito de una manera más fácil que se consigan los productos. La materia prima la importamos de Yucatán; tejemos el cuerpo del chicote de la fibra, la fibra es un poquito difícil de trabajar y ahí está la plusvalía del producto”, comentó Javier Landeros.
Detallaron que elaborar un chicote lleva de 30 minutos a tres horas, sin contar el torneado de la madera que se utiliza como empuñadura y la cual contiene el grabado de la marca de la familia: “Chicotes Landeros”, con un precio máximo de 500 pesos, tratándose del más grande.
El proceso es completamente manual y detallado lo que convierte al chicote en un artículo único, hecho con dedicación y precisión, pues reiteraron buscar llevar la mejor opción a los purisimenses en esta temporada, la cual es la única en la que pueden encontrar el producto.
“La venta es únicamente en esta temporada de Cuaresma, sin embargo la fabricación es inmediatamente cuando termina la Cuaresma, a invertirle tiempo para estar preparados para el siguiente año. Elaboramos alrededor de mil quinientos a mil ochocientos al final de temporada”, añadió.
Además del valor cultural, para los Landeros representa una fuente de ingreso, pues el producto se comercializa no solo en el municipio, sino también en otras regiones donde existen manifestaciones similares de Semana Santa.
Finalmente, indicaron que el chicote no solo resuena como símbolo de la Judea, sino también como ejemplo de cómo la tradición, el oficio y el arraigo pueden convertirse en un legado vivo que fortalece a las familias y a la comunidad.
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