Nos dejamos llevar por la emoción del inicio de un nuevo año, prometemos y deseamos ser mejores personas, con una mentalidad positiva y sin mucho pensarlo, nos comprometemos a realizar actividades que beneficien nuestra salud, mejorar nuestra economía, cumplir con los pendientes y una lista amplia, pero que su cumplimiento en ocasiones no es tan sencillo, y es que en este caso, la intención no sólo es la que cuenta, hay que accionar para generar los cambios que en nuestra mente parecen fáciles pero sin una estructura o planificación, se complica cumplir.
De inicio, es importante ser realistas, hacer un FODA personal puede ayudar, mirar atrás y reflexionar sobre el año anterior, aprendiendo de los logros y desafíos que se presentaron, con el fin de establecer metas claras y alcanzables, ser específico en lo que se desea lograr, y desglosarlo en pasos concretos y de preferencia priorizar nuestros objetivos, más vale pocos pero alcanzables, plantarnos en nuestra propia realidad y sincerarnos para identificar nuestros alcances y límites.
Es probable que algún plan no dependa del todo de nosotros, por ejemplo decir que lograremos un ascenso en el trabajo o tener un empleo mejor remunerado, es decir, tenemos clara la meta, pero dependemos de la decisión de otras personas y eso puede ser frustrante, en este caso, las acciones que emprendamos abonarán a nuestro resultado, pero no tenemos la última palabra. En este caso debemos echar mano de nuestra paciencia, una virtud que nos da la capacidad de sobrellevar las dificultades e involucra el dominio propio de mantener la calma y la estabilidad interior, del mismo modo no darnos por vencidos y continuar con nuestro proyecto, ser perseverantes, demostrarnos a nosotros mismos la firmeza de nuestra voluntad, en caso de que nuestro avance sea lento, ser autocompasivos, en ocasiones nos llevará más tiempo de lo planificado pero eso no significa que no vayamos a lograr nuestra meta.
Esto en lo relativo a las promesas más comunes pero también se trata de cambios, de nuevos comienzos, nuevas experiencias, cosas menos convencionales y que en ocasiones nos cuestan más trabajo hacer, porque hay sentimientos, apegos y vínculos que nos cuesta romper, qué tal disminuir el círculo de amistades, hacer un balance de quien sí y quien no, de quien aporta y quien estorba, alejarnos de la negatividad, de las malas relaciones y los trabajos que no drenan. A veces, la mejor manera de avanzar es simplemente alejándonos de quienes nos restan. Identificar las fuentes de negatividad, tanto en las personas como en las situaciones y sacarlas de nuestra vida, para evitar dañar nuestra mentalidad y evitar que influyan en nuestra perspectiva de vida, al liberarnos de las malas relaciones, ya sea de amistad, familiar, laboral, amorosa nuestro bienestar se verá fortalecido y esta es una excelente manera de iniciar un nuevo año, tomar la valentía y cortar lazos con personas tóxicas y priorizar nuestra paz interior, aunque eso implique alejarnos de quienes no saben valorarnos, del mismo modo en el aspecto laboral, el trabajo es una parte importante de nuestras vidas, pero no debería ser una fuente constante de estrés, insatisfacción o infelicidad. Si un trabajo no motiva, si el ambiente laboral está viciado o que el esfuerzo no es reconocido, este año es el momento perfecto para replantear la situación. Buscar un trabajo que nos desafíe de manera positiva, que permita crecer y que ofrezca un equilibrio saludable entre la vida personal y profesional, es una de las decisiones más sabias que podemos tomar. El trabajo no solo debe ser una fuente de ingresos, sino también una plataforma para tu desarrollo y satisfacción personal.
Deseo que el 2025, sea un parteaguas personal, que les ofrezca una visión más clara de su vida, no se trata de hacer más cosas, sino de hacer lo que realmente aporte. Poner límites a las personas y situaciones que nos restan energía, para dar espacio a aquellas que realmente nos enriquecen para construir un entorno más saludable y positivo para uno mismo.
Los propósitos de Año Nuevo no siempre tienen que ser metas cuantificables; a veces, la verdadera transformación radica en lo que decidimos dejar ir para abrir espacio a lo que realmente nos hace felices.
¡Les deseo un 2025 con mejor enfoque, más próspero y feliz!