Celaya, Guanajuato – El 26 de septiembre de 1999 es recordado por los celayenses como el “Domingo Negro” ya que ese día al menos cinco explosiones en la calle Antonio Plaza provocaron la muerte de alrededor de 72 personas y dejaron más de 350 heridos.
El inicio de los estallidos fue en la “Abarrotera Celaya”. Pronto sobrevino una segunda explosión, considerada la más letal, pues demolió algunos locales y negocios y los escombros que salieron volando lesionaron a varias personas. Habría otras tres más.
Los peritos concluyeron que la tragedia fue resultado del almacenamiento ilegal de cuatro toneladas de pólvora y fuegos artificiales, que se encontraban en la bodega de la “Abarrotera Celaya”, propiedad de Angélica Vargas Bocanegra e Ignacio Ojeda, una de las víctimas.
Dos años después, elementos del FBI y de la Procuraduría General de la República aprehendieron en Chicago a Angélica Vargas Bocanegra, por los delitos de homicidio culposo y almacenamiento de explosivos.
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