Traer niños al mundo sin ser doctor es un oficio que se extingue en el estado, de haber 368 parteras ahora hay 202 registradas por las autoridades.
Según la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG) las parteras trabajan principalmente en zonas rurales.
Sus principales labores son: atención de parto, puerperio de bajo riesgo, cuidar del embarazo de alto riesgo y la promoción de los esquemas de vacunación, métodos anticonceptivos y la lactancia materna.
“Yo a mis tres hijos los di a luz en mi casa, en ese tiempo así era la costumbre. Había una señora en el barrio donde vivía, en La Merced, que era la partera… se llamaba doña Inés y a muchas señoras llegó a atender, era a lo que ella se dedicaba”, comentó María Isabel Gutiérrez, a quien hace casi tres décadas una partera le ayudó a dar a luz.
Sobre las labores de las parteras, la Bibilioteca de la Medicina Tradicional Mexicana dice que son especialistas en medicina tradicional, pero su función es dar atención al embarazo y al parto.
Sin embargo, también ayudan en problemas de esterilidad, ‘caída’ de mollera y otros problemas relacionados con la mujer.
“Yo no me podía embarazar y fui con una partera por la colonia Villas de San Juan y me sobó los ovarios, me dolió horrible, pero a los dos meses me embaracé luego de intentarlo casi tres años”, aseguró Juliana Martínez.
Ignacio Ortiz Aldana, secretario de Salud, señaló que desde 1975 se trabaja en el estado en el programa de parteras tradicionales; el programa ‘Arranque parejo en la vida’ se convirtió en el programa de ‘Atención a la mujer’, y tiene que ver con la salud reproductiva y todo lo referente al embarazo.
La Secretaría de Salud tenía registradas 368 parteras en todo el estado, pero esa cifra disminuyo hasta 202 distribuidas en las ocho jurisdicciones sanitarias.
Silao es lugar donde hay más, 21; le sigue Irapuato con 17 y Xichú con 16; de los 46 municipios del estado 19 no cuentan con registro de parteras.
Por tradición este oficio es de mujeres, pero también lo practican tres hombres en Acámbaro, Xichú y Jerécuaro.
También quienes se dedican a este oficio hacen curaciones y labores de primeros auxilios.
Ortiz Aldana reconoció el trabajo de las parteras porque se les considera ‘líderes natas’ gracias a los años que tienen atendiendo partos; su nivel académico generalmente es de primaria o secundaria, aunque algunas son analfabetas.
La Secretaría de Salud añadió que las parteras y parteros toman cursos de capacitación dos veces al año, ya que su quehacer ayuda también a la reducción de mortalidad materna y neonatal.
La obligación de la Secretaría es mantenerlas capacitadas, censadas, controladas y que reporten sus actividades cada mes, en cada jurisdicción sanitaria.
También les entrega material, maletín, báscula para pesar a los bebés, báscula de piso y un glucómetro.
“Era rápido, ella tría todo. Recuerdo que tenía un maletín y cargaba tijeras, alcohol y trapos, no cobraba era, lo que le quisiéramos pagar… ella me atendió a mí y a varias vecinas en la privada Ramírez García, en La Merced pero ya murió”, concluyó Isabel Gutiérrez.

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