Las quesadillas de doña Rafaela González y su hermana Juana tienen un sabor muy especial, ya que cocinan con leña.
Desde hace 35 años las hermanas González decidieron ponerse a vender comida en Ibarrilla, de donde son originarias.
Primero comenzaron a vender afuera de su casa pero desde hace 5 años se instalaron contra esquina del templo, justo a un costado del kiosko de Ibarrilla.
Ellas hacen quesadillas y gorditas, tanto de comal como fritas en manteca y desde las 9:30 de la mañana ya están listas para comenzar a “tortear” y hacerlas.
Desde sus casas preparan los guisados: chicharrón duro, prensado, huevo, nopales, frijoles refritos, carne deshebrada con rajas, carne de puerco y picadillo.
En el lugar preparan su brasero y le prenden fuego con leña que consiguen en su comunidad.
En cuanto la manteca está bien caliente doña Rafaela echa las quesadillas o gorditas para que salgan bien doraditas y mientras su hermana Juana se encarga del otro comal.
Desde temprano llegan los clientes y se les juntan por todos lados pues quieren comer más de una quesadilla.
“Lo que más me gusta de mi trabajo es que tengo muchos, pero muchos amigos”, dijo doña Rafaela quien es muy risueña y a sus clientes, aunque sean “nuevos”, los trata de maravilla.
“Me gusta mucho que tienen su fogón y ahí hacen las quesadillas, me gustan de las dos las de maíz pero más las fritas y sus guisados son riquísimos, los frijoles, la carne todo. Sus salsas la de molcajete, la verde y la de chile seco”, comentó Juan García.
Ellas son muy trabajadoras y venden de lunes a domingo de 9:30 de la mañana y hasta que terminan con la masa. “A veces terminamos a las 12 y otros días a las dos y media de la tarde”.
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