MÁS ALLÁ del duro choque entre los reventadores y policías ocurrido en el Zócalo al final de la marcha en la que se mezclaron la Generación Z y quienes apoyan al Movimiento del Sombrero, también hubo un fuerte choque de narrativas.
PARA el gobierno de la 4T, la movilización fue una profecía que se cumplió a sí misma: un desorden con infiltrados, violencia y vandalismo a la que había que hacer frente con murallas de hierro y concreto.
PARA los organizadores, fue un éxito ciudadano que comenzó con civilidad, protesta pacífica y argumentos… que terminó desvirtuada por infiltrados que provocaron violencia y vandalismo.
AL FINAL, lo ocurrido ayer es una situación en la que nadie salió ganando y todos salieron perdiendo. La policía es criticada en medio de acusaciones de que reprimieron la protesta. La Generación Z y el Movimiento del Sombrero salieron raspados ante la percepción de que en sus filas hay gente violenta.
Y, TANTO el gobierno federal como el gobierno capitalino mostraron una imagen de vulnerabilidad y de ingobernabilidad que pega al interior y exterior de México, pues los videos y fotos de lo ocurrido en el corazón del país le dieron la vuelta al mundo.
LA GRAN pregunta recurrente desde hace años cada vez que una marcha se sale de control es: ¿de quién es la mano que mece la cuna del llamado “Bloque Negro”? Y, para esa, nomás no hay respuesta.
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PUNTO y aparte de lo ocurrido en el Zócalo de la CDMX, las marchas simultáneas que se desarrollaron en varios estados con consignas y objetivos similares y en las que todo transcurrió en paz no fueron un asunto menor.
CADA una con sus particularidades y demandas específicas, desde Michoacán, en donde el tema central fue la exigencia de justicia por el asesinato de Carlos Manzo; el Edomex, en donde se pedía la revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la gobernadora Delfina Gómez; hasta Nuevo León, Tamaulipas, Puebla o Yucatán. Todas tuvieron en común su rechazo a la 4T.
LA DUDA es si en Palacio Nacional acusarán recibo o seguirán diciendo que sus opositores son puros “bots”.
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EN LOS PASILLOS del Infonavit se comenta que su director general, Octavio Romero Oropeza, no las trae todas consigo.
CUENTAN que las revelaciones sobre la burocracia dorada que tiene cobijada en ese organismo tripartita, y que es la misma que lo acompañó desde Pemex, generaron descontento en los representantes de los empresarios y de los sindicatos que también conforman el instituto.
A VER cómo le va en la próxima reunión del Consejo de Administración de ese instituto.