La semana pasada escribí sobre la situación que vive el querido Instituto Tecnológico de León, por una movilización estudiantil y como este tipo de situaciones al final deterioran la imagen y las actividades académicas de una institución de educación superior, lamento lo que sucede, como el cierre de vialidades que hicieron algunos estudiantes. Formé parte de los comités nacionales de evaluación de los recursos públicos y en tres procesos para los Institutos Tecnológicos federales e incluso, fui temporalmente Coordinador Nacional de los Institutos Tecnológicos Descentralizados. Y digo esto, porque conozco la dinámica institucional de estas nobles instituciones que son 100% federales.
En todos los casos de paros que he visto, los conflictos son incrementados por agentes radicales con intereses de grupo. Algunos negocian concesiones o buscan colocar a alguien en la Dirección o tienen intereses sindicales. La muerte de una estudiante en el caso del ITL que requería atención médica, vino sin duda a incrementar el descontento de una parte del estudiantado, pero que, en mi opinión, son una minoría y que no representan a la mayoría de la comunidad, pues siempre la dinámica en el Instituto Tecnológico de León ha sido de participación y colaboración para mantener un buen nivel de estudios. Los paros en las universidades públicas o las huelgas, siempre han tenido motivaciones políticas y si bien es legítimo -incluso necesaria-, la organización estudiantil, lo peor que puede hacer la comunidad de estudiantes, es poner como exigencia, la petición de remoción de la primera Directora mujer que ha tenido esta institución.
Las brechas entre la educación pública y privada en México son cada vez mayores. Y lamentablemente las universidades públicas con problemáticas internas, siempre pagan costos en la imagen al exterior, pues al final somos los empleadores quienes nos fijamos en la formación académica y emprendedora que hacen el prestigio de la universidad. Por esa razón deseo de corazón que el movimiento estudiantil ignore a esos agentes radicales que le echan más leña al fuego. El diálogo es indispensable; siendo Rector de la Universidad Tecnológica de León, fuimos la única institución en León que abrió las puertas en la campaña del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la república y que permitió el acceso y el diálogo al Consejo General de Huelga de la UNAM, pues al final es el diálogo el que permite los acuerdos.
Los maestros del ITL tienen también en mi opinión, una tarea importante para encauzar a los estudiantes para que se sacudan las influencias externas y que se reactiven las actividades académicas lo más pronto posible por el bien del prestigio institucional y se busque a futuro, una mayor competitividad académica que requiere a una comunidad universitaria unida y creativa. Se necesita hoy a la sociedad de alumnos, a los grupos de ex alumnos, a las cámaras empresariales y a la opinión pública como aliados de la institución para apoyarla, frente a un grupo de estudiantes, pues su derecho a un paro, termina cuando afectan los derechos de la mayoría que no está de acuerdo con el paro y las movilizaciones y tampoco con el pliego petitorio que hace este grupo de manifestantes.
Los puntos de vista que he recibido de diferentes sectores de la comunidad del Tecnológico, está abrumadoramente en contra de estas movilizaciones que afectan la imagen de una institución que por décadas se ha dedicado al estudio y a construir proyectos de vida venturosos para sus egresados. “El primer deber como estudiante es ser una persona estudiosa” como decía Salvador Allende “…y solo entonces ser un buen revolucionario”. Lamento las acciones de este grupo e invito a la comunidad estudiantil a aglutinarse alrededor de la Directora, para que pronto se reanuden las actividades académicas. Las universidades públicas tienen enorme capacidad de convocatoria para que se incrementen los apoyos locales ante la falta de apoyo del gobierno federal, que es al final, la causalidad del deterioro de las instalaciones y equipamiento que sufre el ITL. Y también, que se amplifique la opinión de las empresas que tanto se han beneficiado con la enorme cantidad de profesionistas formados en el Instituto Tecnológico de León y que hoy deploran el paro que sufre.