Descripción general:

Descubre la escalofriante leyenda de Guanajuato: un minero que murió en un derrumbe regresa de la tumba para cumplir su promesa con la comadrona Romana.

Guanajuato.- En la capital minera del estado nació una historia que aún hoy se susurra entre los callejones empedrados: El Muerto que regresó de la tumba para pagar una deuda.

La protagonista es Romana, una comadrona de gran fama en su tiempo, reconocida por su habilidad para traer niños al mundo sin contratiempos. Así lo relata Juan Antonio Amezcua en su libro “Escalofriantes Leyendas de Guanajuato”.

Una noche fría, Romana escuchó que tocaban la puerta de su casa. Al abrir, encontró a un hombre pálido y angustiado.

—“Mi esposa está a punto de dar a luz”, le dijo con voz temblorosa.

Romana, acostumbrada a las urgencias, tomó su linterna de petróleo y acompañó al hombre —Raúl, un minero— hasta su hogar. Allí, mientras él calentaba agua y preparaba todo lo necesario, ella asistía con destreza el nacimiento. Poco después, la mujer y el recién nacido descansaban sanos y salvos.

Raúl, emocionado, agradeció con lágrimas el milagro y preguntó cuánto debía por sus servicios.

—“Son cincuenta pesos”, respondió la partera.

El minero, apenado, explicó que sólo tenía veinticinco pesos, pero prometió pagar el resto en cuanto pudiera. Romana aceptó el dinero, confiada en su palabra.

Acueducto de Noria Alta. Foto: Especial

El derrumbe y la promesa cumplida desde la tumba

Días después, las noticias corrieron por la ciudad: un derrumbe en la mina había cobrado varias vidas. Entre los fallecidos estaba Raúl. La noticia estremeció a Romana, no por el dinero, sino por la tragedia.

Pasaron las semanas. Una noche, cuando se disponía a dormir, escuchó nuevamente golpeteos en la puerta. “Abra, por favor… vengo a pagar la deuda que tengo con usted”, dijo una voz al otro lado. 

El terror la paralizó. Al reconocer la voz del minero muerto, Romana se desmayó.

Al día siguiente, conmovida, la mujer mandó celebrar una misa de réquiem en memoria de Raúl y de los demás mineros fallecidos. El dinero que aquel alma había venido a entregar, se lo dio a la esposa y a la hija del difunto.

Desde entonces, esta historia es contada como una de las más conocidas leyendas guanajuatenses: El Muerto que regresó de la tumba para pagar una deuda.

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DMG

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