De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las denuncias por corrupción de menores registran un incremento durante el último año. Consultada sobre esta situación, la presidenta del DIF estatal, Edda Vite Ramos, reconoció que se trata de un reflejo de la problemática social que viven muchas familias, donde niñas, niños y adolescentes permanecen sin supervisión adecuada.
Explicó que cada vez es más común encontrar hogares con dinámicas no funcionales, donde abuelos, tíos y varios integrantes comparten la vivienda sin una distribución clara de responsabilidades. En esos contextos, afirmó, los menores pasan más tiempo en la calle, sin acompañamiento y sin valores sólidos, lo que los convierte en presa fácil para la delincuencia.
La funcionaria advirtió que el abandono, aun cuando no sea intencional, abre la puerta a que los adolescentes sean reclutados o manipulados por grupos criminales. Subrayó que los casos recientes muestran patrones relacionados con falta de vigilancia, ausencia de figuras paternas o maternas y ruptura en los vínculos familiares.
Añadió que el DIFH atiende reportes a través de sus áreas de protección, aunque insistió en que se requiere un trabajo más intenso con padres, madres y tutores para prevenir este tipo de delitos.
“Tenemos que reforzar la participación de las familias; solos no podemos contener una problemática que se origina en el hogar”, expresó.
Ante el repunte de denuncias, el organismo prevé fortalecer campañas de orientación para responsables de menores, así como coordinarse con escuelas y comités comunitarios para detectar situaciones de riesgo. Señaló que el reto es frenar el incremento y garantizar espacios seguros para la niñez y la adolescencia.