Los nacimientos: Una tradición que une a los leoneses

La instalación de los nacimientos es una de las tradiciones más arraigadas de la temporada navideña en León. Los hay desde los sencillos y modestos, colocados en algún rincón del hogar para arrullar al Niño Dios la noche del 24 de diciembre, hasta los mega nacimientos que hoy se instalan en plazas públicas y se convierten en puntos de encuentro para las familias.

El cronista de la ciudad Timoteo Lozano Martínez, nacido en León el 24 de enero de 1900, dejó constancia de estas celebraciones en sus crónicas Estampas Leonesas, resguardadas en el Archivo Histórico de León, donde describió cómo se vivía la Navidad en su tiempo.

Desde la primera semana comenzaban a prepararse las familias que iban a organizar las posadas, y para el arreglo del Nacimiento que presidía por nueve noches la dulce y jubilosa recordación del milagro de Belén, donde el fulgor de un pequeñito rubio y desvalido iluminará por siempre el destino de los hombres con la entrega impagable de amor y de su vida”, señala Timoteo Lozano.

En otra de sus crónicas, el autor detalla los elementos con los que se armaban los nacimientos tradicionales:

“Ramas de romero, pingüico y cedro, barba de peña, paiste, farolillos de papel encerado y transparente, cadenetas de papel, estrellas plateadas, palomitas de algodón cubiertas de claras de huevo batidas, y sartas de yedras de cartoncillo en hilo de escarcha”.

Los nacimientos también se poblaban de escenas cotidianas:

“Con figurillas de barro representadas orquestas con instrumentos, inclusive matarifes que destacaban cerdos, guajolotes ampulosos haciendo rueda, gallinas rodeadas de polluelos junto al jacal donde una mujer echaba tortillas para el hombre que no acababa de llegar con el enorme huacal a cuestas, poblaban el Nacimiento”.

Y en el centro de todo, el portal:

“Un Nacimiento que se levantaba en la sala de los hogares con el Portal al centro sobre peñas cubiertas de musgo, pequeños árboles y nopales, sin faltar los magueyes del que se extraía el aguamiel, el preciado líquido que luego se convertía en pulque, el néctar blanco de los sueños negros”.

Del barrio a las plazas públicas

En el histórico Barrio Arriba, durante la década de los años 70, el padre Víctor Aguilar, entonces a cargo del templo de San José de Gracia, impulsó las posadas en vivo por las calles, acompañadas de nacimientos en cada hogar.

“Fue una bella historia en el Barrio Arriba. Eran pequeños y modestos Nacimientos hechos con ramas de pingüica que traían de la sierra de Lobos, a los que se les agregaba paiste, musgo y una gran cantidad de figuritas de todo tipo y al centro el portal con el Niño Dios y los Reyes Magos”.

De pequeños nacimientos al Mega Nacimiento

Hoy, la tradición continúa. En la mayoría de los hogares, así como en templos y parroquias de la Diócesis de León, se instalan nacimientos antes de Navidad. Pero también la ciudad ha llevado esta tradición al espacio público, especialmente en el Centro Histórico.

En la zona peatonal, frente a la Presidencia Municipal, se instala cada año un Mega Nacimiento que se ha convertido en un referente cultural y turístico.

“Con el objetivo de mantener nuestras expresiones emblemáticas de la temporada decembrina que, año con año, reúne a miles de familias y visitantes, comenzaron los trabajos para instalar el tradicional Mega Nacimiento en la Plaza Principal”, señala Chiara Florenza, de la Dirección de Turismo León.

El nacimiento monumental y la ciudad vestida de Navidad

Además de este montaje, León cuenta con uno de los nacimientos monumentales más grandes del país, ubicado en la Plaza Principal, donde figuras de tamaño real recrean el pasaje del nacimiento de Jesús, evocando el entorno de una aldea de Jerusalén.

El nacimiento incluye personajes como José, María, los Reyes Magos y peregrinos, rodeados por dos lagos comunicados por un pequeño puente, lo que convierte el recorrido en una experiencia visual que cambia entre el día y la noche gracias a la iluminación LED.

Este montaje forma parte de una ambientación más amplia del Centro Histórico. De acuerdo con autoridades municipales, se han colocado más de 6 mil flores de nochebuena en puntos emblemáticos como el Arco de la Calzada, la explanada del Templo Expiatorio y la Plaza Principal, además de adornos monumentales como estrellas, campanas, renos y copos de nieve. Algunos de estos elementos incorporan la leyenda conmemorativa por el aniversario León 450, especialmente en espacios como el andador de la Calzada de los Héroes.

Así, desde los nacimientos domésticos descritos por Timoteo Lozano hasta los grandes montajes contemporáneos en plazas públicas, León mantiene viva una tradición que combina fe, memoria, identidad y vida comunitaria, y que cada diciembre vuelve a reunir a generaciones enteras en torno al mismo símbolo.

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