Gente querida: durante 8 años les he compartido las peripecias ciudadanas en este caminar con colonos y con autoridades municipales para rescatar este pulmón de la ciudad que es el querido Parque Chapalita, cuya historia del lago se remonta a siglos, por la acumulación de agua proveniente de la parte poniente de la ciudad en límites con Jalisco. El agua del lago original, es hoy la colonia Chapalita, y se fue reduciendo cuando a mediados del siglo XX, los asentamientos humanos obligaron a secar el lago, dejando solo lo que conocemos actualmente. Pero el lago se secó en el 2022, cuando la sequía prolongada por 3 años, evaporó la totalidad de los estanques y con ello, la vida de tilapias y ranas, que eran atractivo por años, de los visitantes. Decenas de patos vieron la muerte también, por las jaurías de perros callejeros que entran al parque. 

Desaparecieron por esos perros, todos los tlacuaches, conejos, ardillas y patos en estos últimos años, y con ello, la fauna silvestre que aquí encontró su guarida. La cuestión es que el parque todavía es un espacio para la reproducción de cientos de aves con unas 50 especies que aquí viven. Las lluvias del 2025 llenaron hasta el 80% el vaso compuesto por tres áreas, gracias a una obra adicional que la Secretaría de Obra Pública municipal realizó para canalizar el agua de lluvia y al venero principal que todavía aporta parte de su corriente durante el año, pues la otra mitad se pierde desde hace décadas y se tira a la calle Campeche en uno de esos pecados ambientales que los leoneses y SAPAL todavía permitimos y que clama al cielo: agua de venero tirada al drenaje. Los veneros de la parte sur del lago se secaron en los últimos años, pues colonos han retenido en la zona de Las Mandarinas el agua superficial que caía después al vaso del Salto en la Calle Miguel de Cervantes Saavedra, hoy seco.

La única alternativa para la sustentabilidad del lago en el corto plazo, es tener una planta de tratamiento de aguas residuales. Hace 20 años, empresarios leoneses lograron construir una, construida con un vermifiltro para que las lombrices trataran las aguas provenientes de la Arbide y la Martín de Porres. Financiada por el BID y la Universidad Católica de Chile, se abandonó pronto y fue vandalizada, como todo lo que había en el Parque Chapalita. La planta al igual que todo el sistema de alumbrado fue destruido por los visitantes y las bandas que por décadas tenían en el parque, su guarida. Cuando iniciamos los vecinos el proyecto “tejido social”, uno de los objetivos fue el rehabilitar la planta para que alimentase al lago y, además, para tener agua para el riego de las numerosas reforestaciones que hemos hecho. Así, llevé a investigadores del CIATEC y de la UTL y con una tesis de maestría en medio ambiente de la UM, hicimos el estudio de rehabilitación de la planta, que presentamos al Consejo Directivo de SAPAL, y que fue aprobado, pero encontramos que hay situaciones de irregularidad en la posesión de los predios municipales y que esto impedía construir allí por falta de certeza jurídica.

Así, que, en el 2024, gracias a la intervención del recién creado sistema de parques, ellos acordaron con un particular, instalar una planta piloto “desmontable” en el parque, que alimentaría al lago. Todo maravilloso. No podía creer el día que llegó la planta que resolvería el problema. Pero no fue así. De palabra el empresario acordó con el Municipio y no se pusieron de acuerdo en la compra y la planta quedó en el limbo. Como un karma, parecía que nuevamente estábamos destinados al fracaso. De allí, el envío de oficios a todas las autoridades municipales pidiendo que la planta se quedara y que se pagara al inversionista. Y allí estamos entrampados. El ecosistema se ha regenerado. Son ahora decenas de patos domésticos y silvestres; aves como las garzas y monjitas americanas que nos llevan a lo que fue antes el lago Chapalita. Vendrá enero y si el nivel del lago sigue bajando, tendremos que llevar pipas de agua tratada e incluso potable. Hoy, podemos disfrutar temporalmente del lago, pero sigue atorado este asunto. Paradójico. Los vecinos aportan la popó, la planta está instalada y seguimos sin agua tratada como única solución para sostener al ecosistema de este hermoso lugar que es el lago Chapalita.

450 Historias de León

Acompáñanos en un recorrido por la historia de León. Recibe en tu correo relatos sobre personajes, barrios, tradiciones y momentos clave, que celebran la identidad leonesa, en el marco de los 450 años de nuestra ciudad.