Intensidad, tensión y nerviosismo fue lo que se vivió durante 90 minutos en Anfield, recinto que fue testigo de uno de los mejores partidos de la Premier League en la reciente temporada con un 1-0 de Liverpool sobre Manchester City.

Ambas escuadras no decepcionaron con un partido de ida y vuelta, siendo testigos de múltiples llegadas de peligro en las áreas y hasta un connato de bronca sobre los minutos finales de partido. 

La visita, con un uniforme muy diferente del azul que lo caracteriza, tuvo mucho más opciones en la primera mitad, pero no supo capitalizar con un Erling Braut Haaland errático al no poder derrotar a Alisson Becker. 

Pep Guardiola terminó por pagar muy caro esta situación, pues Jürgen Klopp salió a ‘comerse’ ofensivamente a su rival y, su recompensa, llegó a los 76 minutos del encuentro gracias a Mohamed Salah y la culminación perfecta de un contragolpe. 

Los Reds tuvieron para finiquitar el encuentro en los últimos 10 minutos, pero tanto Salah como Darwin Núñez, fallaron en el último pase y el daño solo fue mínimo para los Citizens. 

Al final, sin el entrenador alemán en el banquillo al ser expulsado por reclamos al árbitro asistente, Liverpool hizo valer su localía en Anfield Road y superó, con intensidad, a un City de Guardiola que no pudo lograr el liderato.