Casi cinco meses después de haber dejado el América, Santiago Solari rompe el silencio en una entrevista exclusiva con Súper Deportivo en la que repasa su paso por el club, la “grandeza” de su afición, por qué no pudo coronar con un título y muchos temas más. 

¿Cómo es Solari sin club? ¿Logras descansar o estás buscando perfeccionamiento en tu profesión?

Dispongo de más tiempo sin la rutina de planificaciones, videos, horarios, concentraciones, viajes, entrenamientos y partidos. Cuando uno está en un club debe enfocarse principalmente en sus futbolistas, en su club y en su Liga.  Ahora tengo tiempo para ver a fondo el fútbol de las distintas Ligas europeas y americanas y ponerme al día con todas ellas.

Imagino que ofertas no te faltarán. ¿Qué valoras a la hora de elegir un club?

La seriedad y el compromiso del club, de su proyecto y de las personas que están a cargo del mismo. 

Hablemos del América. En 2020 llegaste a un club convulso por la salida del Piojo Herrera. ¿Te costó levantar mental y futbolísticamente al equipo?

Los jugadores se adaptaron muy rápidamente a una metodología distinta y respondieron tanto a las exigencias del cuerpo técnico como a las de la competición.

El grupo, muy unido y con mucha humildad, realizó un año excepcional en lo que respecta a competitividad y a sostener esa competitividad a diario.

De hecho, ese grupo de futbolistas hizo el mejor año calendario de la historia del club en cuanto a resultados. Fue superlíder dos semestres seguidos. No tengo más que agradecimiento para con ellos y lamento que ese gran esfuerzo no haya sido coronado con un título.

Una de las herencias que dejaste fue el fichaje de Álvaro Fidalgo, ¿por qué crees que encajó tan bien en México y lo ves con una carrera larga acá?

Fidalgo tiene un gran corazón. Es muy inteligente pero además es un guerrero. Se cuida, se entrena al 100%, no subestima a nadie y tiene talento. Me alegra mucho que América y que el fútbol mexicano lo estén disfrutando.

Tus números en torneo regular son espectaculares (22-7-5 en los torneos completos), pero en la Liguilla los resultados fueron decepcionantes. ¿Qué crees que pasó en esas series?

En el Clausura hicimos 38 puntos y luego empatamos 5-5 la serie (quedó eliminado con Pachuca). No perdimos pero así era la regla en ese momento. Luego cambiaron la regla para intentar darle algo de justicia a las Liguillas. 

En el Apertura finalizamos superlíderes (35 unidades) pero en la vuelta de la serie tuvimos 20 minutos muy malos que el rival (Pumas) aprovechó y recibimos dos goles. 

El torneo mexicano es así para lo bueno y para lo malo y hay que aceptarlo y aprender. Es vibrante y es muy emocionante y muy abierto en su parte final y, aunque no siempre se lleve el premio el mejor, da oportunidades a casi todos los equipos hasta el final y la gente lo disfruta mucho.

¿Es injusto este sistema y quizá sería mejor aplicar la modalidad europea con campeones por puntos?

A mí me parece muy divertido el sistema de liguilla y, además, la gente está habituada a eso, se genera una gran expectativa y emoción. Hay alegría y sufrimiento y en liguilla ambos están muy cerca uno del otro y esto a la gente le encanta.  La Liga mexicana se juega así desde 1970, es parte de su identidad. 

Lo que yo creo es que no es incompatible este formato con reconocer también el mérito y la regularidad como en el resto de ligas del mundo.

Yo soy partidario de premiar al equipo que termina primero, por razones obvias. No veo el inconveniente en que se reconozca su premio al primero y jugar luego la Liguilla de la misma manera que se hace ahora, con sus cuartos, sus semis, su final y su campeón. Después incluso podrían jugar una copa entre ellos. Así, la Federación se garantiza también que el mejor equipo lo represente en las competiciones internacionales. 

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Con esos números en campaña regular, ¿crees que pesó la enorme presión sobre América que no tienen el resto de los equipos?

No, el América convive con la presión todos los días. No la siente. Es como la altura en México. La presión es algo bueno, es una motivación. Quien no puede con ella no puede estar en un club grande. 

Te habrá tocado escuchar la polémica por la cantidad de extranjeros en el futbol mexicano, ¿crees que es una polémica válida o simplemente debe dejarse la libre competencia?

La Liga Mexicana es lo suficientemente grande e importante como para tener espacio para los futbolistas talentosos nacionales e internacionales. La mezcla me parece enriquecedora y, además, capta la atención de otros espectadores en otras latitudes. En mi opinión la Liga MX, tiene potencial para ser vista en todo el mundo. 

DESDE SU ELIMINACIÓN EN EL CLAUSURA 2022, AMÉRICA NO HA SIDO REGULAR.

En tu experiencia directa, ¿Es cierto que los rivales le juegan diferente al América, con una motivación y nivel que no muestran regularmente?

En los grandes equipos uno tiene que estar preparado para responder a la motivación extra del rival y saber que se va a enfrentar siempre a su mejor versión. 

Después de trabajar año y medio en América, ¿es el club que esperabas o algo te sorprendió?

Aun conociéndolo desde antes, me sorprendió su inmensa popularidad. Especialmente en Estados Unidos, donde la hinchada llenó la cancha cada vez que jugamos, sea en Texas, sea en Los Ángeles o en Philadelphia. Y siempre cantaban “somos locales otra vez!!!”.

¿Te imaginás volviendo a dirigir a México?

Uno nunca sabe qué puede pasar, dependerá del momento y del proyecto. Sí es un país que quiero porque lo conozco mucho. Yo hice el primario acá, mi viejo (Esteban) dirigió acá y yo viví en Guadalajara, Celaya, Morelia. A mí me tocó, como futbolista, jugar en el Atlante.

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