NIÑO X NIÑO: Vacunas, ¿por qué son tan importantes para cuidad nuestra salud?
Las vacunas ayudan a prevenir un sinfín de enfermedades, o también evitan complicaciones por contagios.
Históricamente, las vacunas han mejorado no sólo la sobrevida, sino también la calidad de vida de la humanidad entera, disminuyendo considerablemente la morbimortalidad generada por aquellas enfermedades infectocontagiosas de las cuales se ha podido desarrollar un activo biológico.
En este sentido, conviene exaltar la erradicación de la viruela y el control de enfermedades como rabia, cólera, tétanos, difteria, peste, tuberculosis, poliomielitis, sarampión, parotiditis, rubéola, meningitis por H. influenzae tipo B, neumococo y meningococo, hepatitis A y B, e influenza.
Según la OMS, “las vacunas son cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”.
Se trata ya sea de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos. Con cualquiera de las anteriores opciones, el objetivo es simular una reacción antígeno-anticuerpo para que el organismo vacunado recuerde en un futuro a dicho antígeno y una vez expuesto ya sea que 1) no desarrolle dicha enfermedad en el caso de algunas vacunas, ó 2) desarrolle la enfermedad de una forma más leve, sin necesidad de atención hospitalaria o unidad de cuidados intensivos.
Dichos biológicos son seguros y eficaces, pues para salir al mercado requieren haber aprobado las fases preclínica y de I-IV, y si bien se han descrito “eventos adversos supuestamente atribuibles a vacunación”, ocurren en un porcentaje extremadamente bajo comparado con los beneficios obtenidos ya descritos.
Así pues, desde la infancia, pasando por la adolescencia, el embarazo, la adultez y llegando hasta la vejez, los seres humanos requerimos de una gran cantidad de vacunas, unas con indicación anual (como influenza), la gran mayoría con límites mínimo o máximo de edad (como rotavirus, que no se administra más allá de los 6 meses de edad en el caso de la monovalente, y no más allá de los 8 meses de edad en el caso de la pentavalente); o como herpes zoster que está aprobada a partir de los 50 años).
Y es justo al inicio de la vida que se requiere el mayor número de vacunas, debido a que es esperado que los anticuerpos que una madre transfirió a su hijo/a vayan descendiendo con el paso de los meses, quedando sin protección para las distintas infecciones.
Finalmente, cabe recalcar que la vacunación universal es un derecho de todo ser humano. En ese aspecto, es muy deseable que en un futuro no muy lejano, contemos con mejor disponibilidad de vacunas en las unidades primarias de atención, y que las vacunas no incluidas en el esquema nacional de inmunizaciones (como neumococo a los 6 meses, varicela, hepatitis A, meningococo, y VPH para la población masculina) se incluyan y apliquen siguiendo las recomendaciones universales de vacunación.
Por nuestra parte queda estar siempre atentos a las cartillas de vacunación tanto de familiares como de nosotros mismos para que se logre el objetivo.
“Quiérelos, cuídalos, vacúnalos”.
Dra. Valeria Gómez Toscano. Infectólogo pediatra.
- Datos de consultorio: Médica campestre torre de especialidades consultorio 111. Tel: 4777175690
Para más información de la Asociación Niño x Niño y cómo puedes apoyar, visita la página web: https://ninoxnino.org
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