León.- Con su vida y acciones, Luis Torbellín Hernández, Juan Pablo Álvarez Akil y Juan Márquez Rivas han escrito parte de la historia de la Escuela de Música de León como alumnos, maestros y directores en distintas épocas, y realizaron una relatoría detallada de esta institución musical durante la charla Memoria Viva.
La ceremonia tuvo lugar en la Escuela de Música Luis Long, dentro de la Semana de la Música Leonesa. La charla Memoria Viva llevó como eje temático la historia de esta noble escuela, hoy de gran prestigio, construida con el esfuerzo de muchas generaciones, entre ellas los propios panelistas, quienes hablaron a corazón abierto.
La bienvenida estuvo a cargo del coordinador Paul Millán, quien cedió la palabra a Juan Márquez Rivas, encargado de moderar un diálogo entre colegas con una misma raíz: la Escuela de Música de León.
Los tres se mostraron contentos con el avance de la institución. Sin un mecanismo riguroso de cronología o de lugares, compartieron cómo llegaron a ella y cómo la ven hoy a través del cristal del tiempo.
También contaron anécdotas y hechos que los marcaron. Hablaron de maestros y colegas destacados; se mencionó el caso de Ruth Násser, escritora, pintora y cantante por antonomasia del Grupo Oasis —que acaba de cumplir 80 años—.
“Yo estuve un tiempo en ese grupo artístico”, apuntó el maestro Juan Pablo Álvarez.
Otra figura fundamental fue el maestro José Rodríguez Frausto, quien dejó en la EML que su mayor legado fueron los niños y jóvenes, comentó Álvarez Akil.
Un largo camino de llevar arte a la juventud

Se mencionaron los distintos espacios que ha ocupado la Escuela de Música de León: la calle Purísima, en el Parque Hidalgo, como Centro de Estudios Musicales; posteriormente, tras la formalización del plan de estudios, surgió la Escuela de Música del Municipio de León, ubicada en la calle Las Rosas en Jardines de Jerez; luego en la Justo Sierra, a la altura del número 336; y más tarde en la calle 20 de Enero, arriba de un banco Santander.
Hoy su sede definitiva es el edificio Luis Long, en Pedro Moreno #208, frente al Museo de la Ciudad. Una institución que es orgullo de León.
Luis Torbellín Hernández, coordinador de la escuela de 1995 a 2000, señaló que es esfuerzo de todos —generaciones anteriores y actuales— haberla colocado entre las mejores a nivel nacional.
Relató que llegó del entonces Distrito Federal, egresado de la Escuela de Música de la UNAM, y encontró en León el espacio idóneo para desarrollar su actividad profesional.
“En el 94, tras una plática con el profesor Covarrubias (QEPD), me invitó a hacer una propuesta de formalización como tal de hacer la escuela de música’”.
Implicó todo el plan curricular de materias que le darían forma a una escuela más académicamente formalizada, que pudiera tener reconocimiento más allá, y que los alumnos que egresaran de aquí pudieran tener un seguimiento.
Aquí no había licenciaturas, que pudieran continuar en otra institución profesional y que tuvieran reconocimiento de sus estudios en esta escuela. Surge la idea de formalizar y se renueva el nombre: ahora Escuela de Música del Municipio, después Escuela de Música de León”.
Torbellín recuerda con orgullo cómo se levantó de la nada la escuela en Jardines de Jerez. La dejó en el año 2000 con “150 alumnos y 20 profesores”. Se había superado la época de las “vacas flacas”.
Entre los logros con impacto social mencionó:
- El Cuarteto de Cuerdas de León, dirigido por el maestro y chelista Covarrubias.
- El Coro de Niños de León, el primer coro infantil con visión profesional.
- La corona: el Ensamble Vocal, que incluso tuvo participación en Bellas Artes.
Otra mirada: Juan Pablo Álvarez

Álvarez Akil es una institución dentro de la propia Escuela de Música de León, donde impartió clases durante 35 años. Su encuentro ocurrió en 1995, cuando al pasar por el Parque Hidalgo vio un anuncio del Centro de Estudios Musicales. Pidió a sus hijos, prospectos de violinistas, que bajaran del auto para conocer la escuela.
El lugar se convirtió en la casa musical de los Álvarez: dos violinistas y dos pianistas. Para él también fue decisivo, pues aun siendo ya un músico formado, ingresó a estudiar solfeo y un año después se convertiría en maestro por más de tres décadas.
Rodríguez Frausto, entonces director de la escuela, le dio la oportunidad de enseñar. Por ello dirige a los jóvenes músicos un consejo: “Sean teloneros y pueden llegar hasta donde usted quiera”.
El profesor Juan Pablo se hizo músico tomando clases particulares, en instituciones y a través del trabajo diario. “Es la fórmula”, dice.
Su colega Torbellín coincide: “El camino para ser un buen músico es el trabajo. Aquí no hay ‘musas’, solo constancia”. También descartó la idea de “músicos surgidos de una inspiración divina”.
Álvarez, con una trayectoria que va de 1984 a 2019 en la EML —aunque comenzó su disciplina en 1962— comparte una máxima:
Hay dos formas de hacer música: buena y mala, no hay más, entonces hay que hacer buena música”. Y añade: “A ustedes los quiero ver sean buenos músicos, que tengan capacidad de presentarse en cualquier lugar, hasta en el Teatro Manuel Doblado”.

De Guanajuato para León
El profesor Juan Márquez Rivas, moderador de la charla Memoria Viva, ha sido maestro de guitarra desde 2006 hasta la fecha, sumando 19 años de trayectoria.
“Yo conocí la escuela en sus últimos momentos en el Parque Hidalgo. Me tocó ser testigo en Las Rosas. Luego vi cómo fue cambiando de sedes y cómo ha crecido en beneficio de la institución y de la ciudad”.
Los tres panelistas expresaron su profundo amor por la Escuela de Música de León: la llevan en la sangre.
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DMG