Los medicamentos piratas son un tipo de productos farmacéuticos que son manufacturados, distribuidos o vendidos de manera fraudulenta, con la intención de engañar a los consumidores y hacerlos creer que son genuinos y legítimos. Se parecen mucho a los originales, pues tienen una apariencia, empaque y etiquetado que imita a los fármacos auténticos, haciéndolos difícil de distinguir de los reales.

Estos medicamentos bucaneros, son un riesgo para la salud pública puesto que no se tiene garantía de su calidad, seguridad y efectividad, que son las características de los medicamentos genuinos. Es por estas amenazas a la salud de los potenciales consumidores que se consideran ilegales; sin embargo, a últimas fechas nos hemos enfrentado a algo que no es lo mismo, pero es igual y que no solamente se tolera, sino que incluso se ha permitido: los fármacos caducados.

El riesgo de utilizar medicamentos, vacunas u otros productos farmacéuticos fuera de su fecha de expiración, posee riesgos para las personas que los utilizan, entre ellos: 

1)  La reducción de efectividad: las vacunas y medicamentos caducados pudieran no funcionar como deberían, lo que puede resultar en protección o actividad terapéutica inadecuada (por ejemplo, las vacunas caducadas no serían capaces de generar la inmunidad esperada, con la susceptibilidad consecuente a infecciones).

2)  La seguridad está en entredicho: la composición química de las vacunas y medicamentos cambia a través del tiempo y los productos expirados pueden tener un riesgo mayor de reacciones adversas o efectos secundarios y de igual manera la degradación de los ingredientes primarios puede llegar a producir compuestos inesperados y potencialmente dañinos.

3)  La dosis se vuelve un volado: después del tiempo, la potencia de los fármacos decrece, haciendo un desafío el determinar de manera precisa la dosis correcta. El utilizar medicaciones expiradas conduce a subdosificación, lo que pudiera no proveer el efecto terapéutico necesario.

4) Incremento de riesgos sanitarios: el usar fármacos o vacunas caducados puede generar el empeoramiento de las condiciones de salud de las personas o retrasar tratamientos realmente efectivos.

Por estas características se entiende que el uso de medicamentos expirados o caducados está fuera de la ley, siendo explícita la misma en mencionar que “quedan prohibidos la venta y suministro de medicamentos con fecha de caducidad vencida”. Esto causa entonces confusión, puesto que en la cotidianeidad, las propias autoridades sanitarias han dado la autorización o permiso para usar vacunas o medicamentos caducados, lo que es una afrenta legal y ética de gran calado.

No se pueden dejar de lado las medidas para dar garantía a las poblaciones de que las vacunas y otros fármacos son efectivos y seguros, siendo crucial el apego a las recomendaciones de los propios productos y no usarlos fuera de sus fechas de expiración.

Lamentable es, que por obra u omisión, se tomen este tipo de decisiones que tienen como afectados principales a los usuarios, es decir, a los sanos que quieren conservar su salud o a los enfermos que quieren recuperarla. El uso de medicamentos expirados o caducados es una consecuencia de negligencia, falta de probidad en la prevención de necesidades de recursos sanitarios o simplemente una incapacidad tremebunda de dar resultados cabales en afán de garantizar la salud a las poblaciones. No es correcto estafar o engañar a las personas y como ciudadanos debemos estar alerta. Es tiempo.

Médico Patólogo Clínico. Especialista en Medicina de Laboratorio y Medicina Transfusional, profesor de especialidad y promotor de la donación voluntaria de sangre.   

 

RAA

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