Advierten los sabios: “Si quieres escuchar a Dios reír: ¡cuéntale tus planes!”. El poeta del siglo 18 Robert Burns, por su parte, observó: “Los planes de los ratones y los hombres frecuentemente salen mal”.
Seremos hoy positivos otorgando el beneficio de la buena voluntad: el Gobierno anunció el martes un nuevo plan: el “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”. Ningún plan (mexicano) puede existir sin los famosos “ejes” y éste tendrá tres: 1.- Seguridad y justicia. 2.- Desarrollo económico con justicia. 3.- Educación y cultura para la paz.
El Gobierno, en voz de la titular del Poder Ejecutivo, aseguró que consultarán a varios sectores. Los detalles del plan y de su implementación se darán a conocer posteriormente, tras consultas con sectores productivos, Iglesia, autoridades locales, estudiantes y el sector social.
No dudamos de las buenas intenciones, pero genera sustanciales dudas el hecho de que ha habido planes previos que no le han hecho ni cosquillas a la violencia y la inseguridad. Por ejemplo, en Sinaloa. ¿Qué va a ser diferente en este plan a los otros que fracasaron? ¿Acaso el hecho de que ofrecen instalar una “Oficina de la Presidencia” en Uruapan?
¡Ah, y a propósito! ¿Ya encontraron al ex Alcalde de Zinapécuaro Alejandro Correa Gómez, desaparecido desde el domingo? Dios quiera y lo encuentren sano y salvo, pero si no, se sumará su secuestro y posterior destino al del líder de los limoneros y al de Carlos Manzo, Alcalde de Uruapan, cuyo artero asesinato es el que le dio vida al multicitado plan, que esperamos que contemple el factor corrupción/infiltración dentro de sus “ejes” operativos.
A nadie se le van a olvidar las declaraciones de Ismael “El Mayo” Zambada cuando compareció ante un juez en EU, cuando afirmó que en su larga carrera como narcotraficante compraba protección a “políticos” y “militares”. Entonces, para que este plan tenga éxito, debe contemplar todas las contingencias posibles, como la infiltración de los criminales en sectores del Ejército y la Marina, así como de policías locales y la Guardia Nacional.
Dudamos mucho que la pacificación de Michoacán sea una simple cuestión de parar un soldado en cada esquina de las principales ciudades y con eso ¡ya! ¿Cómo van a lidiar con la intimidación de los jueces al procesar a criminales que sean detenidos? ¿Cómo protegerán de veras a las autoridades locales?
Carlos Manzo quesque estaba protegido por más de una docena de elementos de la GN y como quiera lo asesinaron. Y como al presunto asesino -aún no identificado- lo mataron ahí mismo, no hay forma de saber cuál fue el móvil real porque, ¿qué tal si no asesinaron a Manzo los narcosicarios, sino que fue víctima de un asesinato político para frenar su carrera que pintaba para llevarlo a la gubernatura? ¿Podemos confiar en que la verdad del crimen será revelada sin pasar por una criba política encubridora?
Este plan requiere total transparencia, esencia desconocida para muchos integrantes de la actual Administración. Ejemplo: ¿acaso han revelado información adicional y detalles del cómo y quién en el megarrobo del huachicol fiscal, detectado por EU, involucrando a miembros de la Marina? ¿O acaso han dado más detalles sobre la operación de La Barredora y sus nexos con el CJNG, sobre todo si ya se determinó con pruebas si Bermúdez Requena andaba por la libre o había funcionarios o gente cercana al oficialismo enterados de sus fechorías?
Para la opinión pública resulta información vital, que le pertenece tanto como lo robado, sin embargo, pasado el escándalo inicial, descendió sobre estos temas un velo de silencio que huele a encubrimiento derivado de intereses políticos.
Entonces, resulta válido preguntar: ¿así también se piensa manejar el Plan Michoacán? ¿Con secretos, tapaderas y sobreponiendo a la justicia -cuya esencia es la verdad- intereses políticos y partidarios? De esto la importancia de incluir en él absoluta transparencia, virtud que, de cualquier manera, conviene a las Administraciones morenistas adoptar ipso facto.