Un grupo de católicos se unió para proteger la fachada de la Basílica de Guadalupe La Villita en Pachuca durante la marcha del 8 de marzo.
El párroco Tomás Roque Cruz afirmó que se trató de una manifestación espontánea que evitó daños en la fachada, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores.
CAMBIO RUTA
La marcha desvió su ruta y no pasó frente a la iglesia, lo que ayudó a prevenir cualquier incidente.
La basílica había sufrido daños en el pasado, con pintas en su fachada de mármol que requirieron costosos trabajos de restauración.