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Celebran con alegría la fiesta de la Pascua

Durante la especial ceremonia en la que se conmemora la resurrección de Jesucristo, el Arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón, recordó que la humanidad ha nacido para la vida y no para la muerte

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Celebran con alegría la fiesta de la Pascua
Monseñor Jaime Calderón Calderón otorgó una bendición especial a los feligreses./Foto: Cortesía Arquidiócesis.

Con gran júbilo, los fieles católicos leoneses celebraron la fiesta de la Pascua del Señor, su resurrección, durante la misa presidida en la Catedral Metropolitana de León, por el Arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón.

Monseñor dijo en su predicación que el ser humano ha nacido para la vida y no para la muerte.

La última palabra para la humanidad no es la sepultura y la muerte. La última palabra con Dios para Jesucristo es la vida, y en Él está nuestra vida. Hemos nacido para la vida, y no para la muerte”.

Detalló que este domingo, por ser un día muy especial, en el que celebramos la resurrección del Señor, también la Iglesia ofrece una bendición muy especial.

Monseñor Jaime Calderón Calderón otorgó una bendición especial a los feligreses./Foto: Cortesía Arquidiócesis.

“Hoy es un día solemnísimo de la Pascua: Que Dios los guarde de todo el pecado, y que les conceda premio de la eternidad aquel que los ha redimido para la vida eterna con la resurrección de su unigénito”, señaló en la bendición.

En su mensaje el Pastor de la Diócesis de León, dijo que luego de recordar la muerte de Jesús, ahora entramos de lleno al tiempo pascual, celebrando su resurrección.

“Gozoso en el Señor, aquella espera que vivimos en el triduo, en esa espera, Jesuscristo, es la esperanza que no defrauda, Él prometió que resucitará al tercer día, y la Iglesia celebra la vida del Señor; el Señor ha vencido a la muerte, es oprobio para la unidad, y nos ofrece una vida definitiva y en cada misa lo celebramos”.

Monseñor añadió que la Pascua tiene todo un significado, no solo para el presente, sino que envuelve a toda la eternidad; porque nuestras capacidades humanas siempre están vinculadas al espacio y al tiempo.

Para entrar al misterio de Dios se requiere una profunda humildad. Solo así se puede entender el misterio de la resurrección, de la encarnación, y redención, porque no es solo un acontecimiento que queda en el pasado, sino que su presencia la Iglesia la actualiza cuando se celebra la Eucaristía”.

Cientos de feligreses acudieron este domingo a la Catedral Metropolitana de León./Foto: Cortesía Arquidiócesis.

El acontecimiento de la resurrección de Jesucristo tiene cabida en el centro de la humanidad, de la historia, del tiempo; hay la misma distancia del tiempo a cualquier lado, acotó en su predicación el Arzobispo.

“La resurrección no es un paso al abismo, y luego un retorno, es entrar en la eternidad de Dios, el Señor que se compadece de la humildad, pequeñez, fragilidad y finitud del ser humano, pero nos deja abrir un poco el sentido de la eternidad y lo que va a implicar para nuestra existencia; nos abre el horizonte de lo que es la vida del Resucitado, para ayudarnos a nosotros, ciudadanos de este mundo y discípulos misioneros de Jesucristo, a vivir como resucitados”.

En su predicación, el prelado dijo que podemos vivir como resucitados, creyendo en la resurrección; y también vivir en esta vida, en este espacio terrenal, pero como si fuéramos muertos. 

El Arzobispo de León brindó un mensaje especial a los fieles católicos./Foto: Cortesía Arquidiócesis.

Agregó que debemos permitir que la resurrección transforme nuestra existencia, porque participar de la vida del Señor implica dos cosas fundamentales para la vida de la humanidad: la Pascua y la resurrección.

Subrayó que la muerte no es el fin de la humanidad.

La muerte trae el beneficio de que el Señor nos libra de las consecuencias de nuestra muerte a través del bautismo; podemos vivir sin esta esclavitud de la muerte, que no es el fin de la humanidad, sino que es la vida enterna”.

Agregó que “la muerte de Jesús trae la liberación de nuestra propia muerte, como vocación de eternidad; la resurrección trae la participación en la vida del Señor”.

Cuando Jesus resucita entiende uno la dignidad del ser humano, el porque nos creó a imagen y semejanza suya, para la eternidad, porque Jesucristo es la vida, y somos hijos de Dios”,

El Arzobispo Jaime Calderón añadió que “Jesucristo es la esperanza que no defrauda, sólo en Jesucristo, la humanidad podrá entender y vivir el plan de Dios, en la medida que nos abrimos al misterio de la resurrección”.

MGL

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